Joan Manuel Serrat. “México es mi casa, mi patio, mi lecho nupcial”
El cantautor catalán abre hoy en Bellas Artes uno de cinco conciertos su espectáculo Mediterráneo Da Capo; “he tenido suerte de cantar en el Carnegie Hall y el Lincoln Center, al igual que en bares o prostíbulos”
En varias ocasiones vetado y acosado políticamente, Joan Manuel Serrat declara estar contra “todo aquel que cercene o trate de dirigir o de opinar sobre lo que se tiene o no se tiene que hacer. Estoy a favor de aquel que hace lo que cree que debe hacer, cómo debe hacerlo, cuándo debe hacerlo y dónde debe hacerlo. Soy un gran defensor de la libertad”.
Para el autor catalán, “una de las cosas buenas que tiene el pasado es el valor de las palabras. Pero no podemos dejar que se pierda, ha costado mucho hacer un vocabulario. Que las palabras sirvan para algo más que para entendernos: si han servido para contarnos emociones, han servido para muchas cosas. Hay que pelear porque esto no se pierda, no considerar que es secundario”.
En conferencia de prensa para anunciar una gira de nueve conciertos en México, que inicia hoy con su primera de cinco presentacionesenelPalaciodeBellasArtes, Serrat dijo que ofrecerá el espectáculo Mediterráneo Da Capo, con el que celebra el que considera su disco más emblemático, grabado en 1971.
El músico invitó a que en la escuela y los medios de comunicación “se otorgue importancia al lenguaje, a la música que mece este lenguaje, todo lo que el hombre ha sido capaz de incorporar hasta ahora”, en referencia diplomática a la lírica de mala calidad.
Con más de medio siglo de carrera y cerca de 40 discos, en español y en catalán, que le han hecho ganar un sitio de privilegio, al responder por qué piensa que su música sigue vigente después de tanto tiempo, el cantante simplemente responde: “Bueno, yo creo en los milagros”.
El músico dijo que con México, donde vivió en calidad de exiliado, “lo une medio siglo de relación. Ha sido mi casa, mi patio de juegos, mi lecho nupcial”.
Serrat explicó que no empezó a cantar “para alcanzar la gloria. He tenido la suerte de poder cantar en el Carnegie Hall, en el Lincoln Center y ahora en el Beacon Theatre de Nueva York, porque son cosas que suceden en el camino, no porque me las haya planteado como objetivo”.
Cantante de alcurnia, sí, pero como advirtió con una sonrisa, ha cantado “en todos los sitios: bares, tabernas, prostíbulos, en la calle, en cines, en rings... Yo he cantado en todos los sitios. Es una gloria cantar en todos los sitios, porque cada lugar tiene su liturgia, pero más que en el artista, esto se nota en el público”.