Recorte a estancias fortalece desigualdad
En México, el 43.6% de la población está en situación de pobreza, lo que significa que 4 de cada 10 habitantes tiene esta condición.
La desigualdad social en México, tiene profundas raíces históricas y es cada vez más compleja; asume diversas expresiones y es multifactorial, se explica por atributos personales, relacionales y estructurales que determinan las posibilidades de las personas de capturar y retener recursos e ingresos a lo largo de su vida.
La desigualdad social perjudica el crecimiento económico, así como, el funcionamiento de la democracia, la concentración de recursos económicos en grupos privilegiados de la sociedad puede aumentar desproporcionalmente la capacidad que tienen las élites para influir en las agendas de los gobiernos y partidos políticos, además, los ciudadanos que pertenecen a grupos marginados pueden tener dificultades para disponer del tiempo, las habilidades y los recursos necesarios para participar en asociaciones y campañas políticas. Aunado a estos efectos perniciosos directos, algunos estudios sugieren que la desigualdad actúa en detrimento de la estabilidad institucional y la consolidación democrática en el largo plazo.
En México, el 43.6% de la población está en situación de pobreza, lo que significa que 4 de cada 10 habitantes tiene esta condición. Además, de los 53.4 millones de personas pobres que hay en el país 9.4 están en pobreza extrema, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo
MORED/DEFENDIENDOSE Social (Coneval). Esto explica porque México es considerado uno de los países más desiguales de América Latina.
Con lo anterior, se esperaría que para una sociedad como la mexicana, con altos niveles de pobreza y desigualdad, se asignen gran cantidad de recursos al gasto social, pero resulta todo lo contrario, de los 13 mil 800 pesos, que por cada habitante del país, aplicó la administración pasada en el rubro de Gasto Social, que abarcaba lo relativo a, Educación, Salud, Asistencia y Seguridad Social, el gobierno de la cuarta transformación, lo redujo para este 2019, con los recortes establecidos en el Presupuesto de Egresos a grupos vulnerables, quienes tendrán que asumir por su cuenta lo que no pueda otorgarles el Estado.
Y el primer impacto lo recibieron las estancias infantiles que estaban a cargo de la SEDESOL, las cuales fueron creadas como un programa de apoyo a madres trabajadoras sin empleo formal, cuando la crisis económica obligó a que más mujeres trabajaran, no por elección sino por necesidad.
Durante 2018 el gobierno federal destinó mil 150 pesos al mes por niño atendido en las estancias infantiles, recurso que era contributivo porque una tercera parte la pone la madre, otra el Estado y otra la empresa, esos recursos que ya eran pocos, para 2019 las estancias infantiles recibirán sólo la mitad, pues el Presupuesto de Egresos destinó dos mil 41 millones de pesos para este programa, en comparación con los cuatro mil 70 millones erogados en 2018.
La reducción a este importante rubro de apoyo a grupos vulnerables, acaeció sin un argumento convincente que justifique la decisión.