Pueblo docto contra farsantes
El pueblo, en el caso de que exista, no es sabio, el pueblo no puede dirigir Pemex, ni la Función Pública, ni la Seguridad del país. Para estos cargos se requieren personas preparadas cuyo conocimiento les permita analizar la realidad...
Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil pensaba en la declaración de Irma Eréndira Sandoval, que aún resuena en la memoria de Gil Gamés y que apareció en la televisión y el papel de MILENIO Diario. Gilga cantó y bailó: follow the leader leader, follow the leader. La secretaria se despachó con el cucharón del puchero. Óiganla: “el pueblo es más preparado que todos los doctores”. Señora secretaria, con el perdón, pero usted ha dicho una estupidez. Hombres y mujeres dicen tonterías por igual. Dejen ya eso de que el pueblo es sabio, por Dios.
El pueblo, en el caso de que exista, no es sabio, el pueblo no puede dirigir Pemex, ni la Función Pública, ni la Seguridad del país. Para estos cargos se requieren personas preparadas cuyo conocimiento les permita analizar la realidad y luego corregirla, si esto fuera posible.
Cierto, no dejarán de repetir que el pueblo es sabio, el guión lo exige. Así dirían las instrucciones de escena: Sale el espectro, entra el líder y dice bajo una dramática luz cenital: el pueblo es sabio. Señora secretaria: no, el pueblo no está más preparado que los doctores. ¿De acuerdo?
El Presidente se refirió también a los expertos, a esos que fastidian e impiden el libre curso de las acciones del gobierno y las declaraciones patrimoniales de los funcionarios del gabinete. En fon y en fan.
Por cierto, dice Alejandro Hope que en un país en el cual han corrido ríos de sangre por órdenes de la mafia, no deberíamos llamarle mafia a cualquier grupo político. De la misma forma y formo, piensa Gil, no debemos llamarle fascista ni al Presidente ni a su gobierno. ¿Estamos?
La farsa
Gilga se llevó los dedos índice y anular a las sienes, como si le estallara la cabeza. De entre todas las preguntas y respuestas de las mañaneras, esas conferencias donde el Presidente fustiga, castiga, se burla y enfada al mismo tiempo, la declaración en la cual afirma que los organismos autónomos son una farsa ha sido la más estremecedora.
Liópez Obrador se refería al presidente de la Comisión Reguladora de Energía, Guillermo García Alcocer, a quien acusó de conflicto de intereses: “Ellos (los órganos reguladores) mantenían relaciones con particulares que se beneficiaban de contratos tanto de la CFE como de Pemex”.
Esperen: cuatro gotas de Rivotril y lean: “Se van a purificar esas instancias. Las vamos a purificar porque estaban al servicio de los intereses particulares”. Gil perdió el sentido.
Cuando volvió en sí, Gamés meditó: ¿purificarán al INE, el instituto electoral ciudadano que contó los votos que le dio la victoria electoral al Presidente? No es poca cosa. Y qué le dicen a Gilga del Banco de México, ¿no ha colaborado para la estabilidad financiera del país? ¿La Comisión Nacional de Derechos Humanos es una farsa? ¿El Inegi? ¿Cofetel?, en fon y en fan.
Purificación
Por si alguien lo duda: en el presupuesto 2019, el INE recibió 950 millones de pesos menos que en el año anterior; la CNDH 161 millones menos; el Ifetel, 280 millones menos. O sea que no es una ocurrencia, ni un comentario al pasar, se trata de reducir a estos órganos a la mínima expresión. Dijo el Presidente: “Estamos terminando con abusos, excesos, quitando las aristas que llevaban a la corrupción terminando en negocios particulares y malos negocios para la nación”.
¿Alguien puede explicarle a Gilga cómo puede purificarse? 1. En la regadera, bajo agua caliente. 2. Mientras Gil sueña relajado en estado paradójico. 3. En misa de 12 los domingos. 4. Asistiendo a las conferencias mañaneras del Presidente. 5. Aprendiendo de memoria la simpática Cartilla Moral de Reyes. 6. Viendo un partido de la liga MX de futbol mexicano. 7. Los seis anteriores. Se sabe: hay dinero bueno y hay dinero malo. Los verdes de la secretaria de Gobernación son de los buenos. Amigos que no malquieren a Gil le han dicho, a propósito del departamento en Houston de Sánchez Cordero y de Jiménez Espriú, que si pudieran comprarse un departamento, lo harían en Nueva York y no en Houston. No les falta razón y gusto. Pueblo docto contras farsantes: hagan sus apuestas.
Todo es muy raro, caracho, como diría Juvenal: “Todos desean saber, pero pocos pagar el trabajo que cuesta”.
¿Purificarán al INE, el instituto ciudadano que contó los votos que les dieron la victoria?
Gil s’en va