Agentes migratorios, el punto débil
Los funcionarios del Instituto Nacional de Migración (INM) son quienes dan la cara y constituyen el eslabón más débil en una cadena criminal que en ocasiones es internacional, y aunque algunos de ellos han caído en las garras de la corrupcion no puede decirse que se trata de una institución corrupta por sí misma, consideró Cecilia Romero, comisionada de dicho instituto durante el sexenio de Felipe Calderón.
Señaló que debe hacerse un análisis a profundidad “no de un agente migratorio que soborna o se deja sobornar en un punto de internación, sino de esa cadena criminal que muchas veces comienza en Shanghái y termina en Ohio, porque hay redes internacionales de trata y tráfico de personas que están perfectamente bien organizadas.
“Y quien al final da la cara es un agente migratorio que gana unos pesos y que hace unas guardias de 24 por 12 y que tiene que trasladarse al punto de internación donde tiene que trabajar atravesando ríos y veredas y no tiene nada con qué defenderse”.
Señaló que hay que revisar el tema del tráfico de personas y buscar “que los que trabajan en Migración se vayan liberando de esta situación a través de considerar el esfuerzo que están haciendo, de darles una mejor remuneración y de exigirles, por supuesto, y sancionar al que comete faltas o cae en las manos del crimen organizado”.
En entrevista, sostuvo que el actual gobierno federal está “tomando decisiones erráticas”.