“Elegir candidato será el gran reto de demócratas frente a Trump”
El gran reto será seleccionar un candidato sin radicalismos y con una oferta centrista para atraer los votos que huyen de la ultraderecha de Donald Trump en los comicios de 2020
Donald Trump debería perder la próxima elección. En la historia del país nunca ha habido un presidente que haya generado mayores divisiones tanto dentro como fuera del país, y las nubes de corrupción y colusión con los rusos siguen presentes, tornándose cada vez más amenazantes. Dicho eso, si el Partido Demócrata no es capaz de unificarse, estará dejando la puerta abierta a la continuación de una pesadilla política trumpista que atenta contra la democracia misma.
El desafío que enfrentan los demócratas es que a raíz de la embestida ultraderechista de Trump, llegó una nueva ola de demócratas al Congreso que son marcadamente de izquierda. No será fácil controlar el impulso de elegir un candidato de esta ala del partido. Además, el reporte del investigador Robert Mueller es una bomba política que algunos demócratas querrán usar para seguir adelante con un
Es tentador y merecido, pero sería mucho mejor ganarle en las urnas para evitar que se haga la víctima, algo que generaría mayores divisiones y hasta violencia.
Los estadunidenses viven un momento de depresión psicológica aguda. La percepción abrumadora es que las cosas no van bien y van a empeorar, algo poco común para un pueblo generalmente optimista. Según una encuesta del Pew Research Center, siete de cada diez personas dicen estar insatisfechas con el rumbo del país y cuando contestan preguntas respecto a cómo visualizan el país en 2050, la mayoría opina que las brechas económicas crecerán (73%), el liderazgo del país a escala global decaerá (60%), y las divisiones políticas serán cada vez más acentuadas (65%).
¿Qué quieren los estadunidenses entonces? Parece que lo que más anhelan es la tranquilidad. Según esta misma encuesanunciado ta, 48% de la población está preocupado por que los políticos no sean capaces de solucionar los problemas del país, mientras que 39% está preocupado. Con este panorama, no estarán en busca de una agenda radical, sino de un líder al timón que dé confianza, que unifique y que inspire paz. Sin duda, ese alguien no es Trump.
Entonces, ¿quién es la persona que podría ganarle a Trump? En mi opinión tiene que ser alguien capaz de ganar votos de ambos partidos y centrista. Al final del día, la gran mayoría de los estadunidenses no se identifican como de derecha o de izquierda, sino como ciudadanos que exigen un gobierno eficaz.
Los candidatos que han su intención de hacer campaña son los que a primera vista no podrán unificar al partido, como Elizabeth Warren y Bernie Sanders (tuvo su momento y también ha sembrado muchas divisiones). Kamala Harris es una candidata interesante, pero viene de California, un estado que los demócratas ganarán sí o sí; para el cálculo del Colegio Electoral hay que ganar estados como Michigan, Ohio y Florida.
La persona que todavía no se pronuncia, pero que tiene las mayores posibilidades de unificar al partido y de enfrentar a Trump es Joe Biden, el vicepresidente que estuvo al lado de Barack Obama ocho años.
es un político que “arrastra el colmillo”. Muchos dentro del partido lamentarán que Biden es mayor (76 años) y es un hombre blanco en un momento en que el partido está enfocado en fomentar una mayor diversidad.
Hoy en día Biden tiene el mayor apoyo dentro del partido (aproximadamente un tercio simpatiza con él a pesar de que ni siquiera es candidato todavía) y sí tendría la capacidad de atraer votos republicanos. Biden es impredecible cuando habla –algo que normalmente sería un contra– pero sabe entrar en una pelea callejera sin salir raspado, algo necesario para enfrentar a Trump.
Estamos a año y medio de la elección y la discusión política en Estados Unidos se centrará cada vez más en quién podría ganar en 2020. Ojalá los demócratas sean pragmáticos y escojan a un candidato capaz de unificar al partido, ganar la elección presidencial y sanar a un país que ha sido profundamente lastimado por divisiones acentuados durante la época de Trump. El riesgo de no hacerlo, es que esas divisiones y heridas sociales se vuelvan cada vez más profundas.