“La clase política no logró reconciliarse, ni la sociedad tranquilidad
Aocho días de iniciar las campañas de la elección a la gubernatura, la clase política no logró reconciliarse, ni la sociedad poblana logró tranquilidad.
De manera abierta o subrepticia, el encono, la intriga y perversidad siguen su curso entre los partidos donde se libran batallas por el control y el poder, en detrimento de la unidad.
Lo que se vive en los principales partidos políticos es una crisis profunda de largo alcance, donde se llevará más que tiempo para que se reacomoden los intereses de los respectivos grupos internos en Morena, PAN, PRD, PRI y MC.
La peor crisis política interna la enfrenta el partido gobernante, de reciente creación, Morena, fundado y dirigido por el hoy presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
El enfrentamiento en la lucha por el poder político en Morena, en una anticipada competencia por la sucesión presidencial, entre el senador, Ricardo Monreal Ávila, y la lideresa nacional, Yeidckol Polevnsky,arrastranalosmorenistaspoblanos a una guerra sin cuartel.
La gubernatura poblana se convirtió en la manzana de la discordia, pues se han polarizado las fuerzas internas lideradas por Miguel Barbosa y Polevnsky, contra Alejandro Armenta y Monreal.
En la disputa, se están llevando entre las patas la tranquilidad y gobernabilidad del estado, por el potencial destructor de Armenta, quien apuesta por la crisis política e ingobernabilidad.
Al acudir Armenta ante el Tepjf para impugnar la candidatura de Barbosa (ironías de la vida), el senador le apuesta a descarrillar el proceso electoral local y generar una crisis de gobernabilidad.
En el PAN, la crisis generada por la derrota presidencial, agravada por los fallecimientos de Martha Erika Alonso y Rafael Moreno Valle, se profundizó con el “dedazo” para imponer la candidatura de Enrique Cárdenas, rechazo que se extendió al PRD y MC.
Lasburocraciaspartidistasestánsolas con Cárdenas; además, hay una crisis en lasdirigenciasnacionalyestatalpanistas.
Moribundo, el PRI recurre a la “fuerza” política de Mario Marín Torres y le entrega la candidatura a la gubernatura, lo que genera el primer desprendimiento del ex candidato Enrique Doger. Divididos, están.
Se libran batallas por el control y el poder, en detrimento de la unidad