Milenio Puebla

Marcos Velázquez “Corro, nado y pedaleo... soy invidente y me caigo bien”

Cocina una lasaña que enamora, da conferenci­as para sufragar los gastos que implica ser atleta de alto rendimient­o y está convencido de que no se requiere la vista para conocer el mundo

- LENINA RAMOS

Un golpe en la cabeza sacó del mundo durante 10 largos años a Marcos Velázquez (1973), atleta de alto rendimient­o que el próximo mes nadará en aguas abiertas del Mar de Cortés. Lo hará por una causa noble: jóvenes estudiante­s ciegos y débiles visuales... como él.

No estuvo en coma, pero todo ese tiempo duró su rehabilita­ción. Tenía entonces 24 años y hasta los 39 vivió a la deriva, sin algún interés que lo anclara a la vida, aceptando casi con normalidad el apoyo de familiares y amigos. Hasta que corrió su primer maratón.

Tiene 45 años y hasta ahora lleva 11 triatlones, un medio Ironman, un triatlón de 100 kiló

metros y cinco mediomarat­ones. “No tengo vista, pero mi cuerpo está nuevo para el deporte; me amo como soy y me caigo bien todavía”, dice.

¿Cómo llegaste al deporte? Vivía en CdMx y luego me cambié a Playa del Carmen. Allá un amigo me invitó a correr mis primeros cinco kilómetros, luego aprendí a nadar, a andar en bicicleta y desde entonces no he podido parar.

¿Cómo te defines?

Creo ser un buen ser humano, un papá y marido apapachado­r; muy seguro de las cosas que quiero. Por obvias razones, soy de mucho contacto, pero disfruto de no ver, porque mi forma de ver es tocar. Me gusta esa vida.

¿Cómo ha sido esta aventura? Llevo seis años conociendo el mundo nadando, rodando y corriendo. Me siento muy afortunado de participar en triatlones. He conocido gente de 85 años en el triatlón y entonces pienso que me quedan unos 40 años de correr, nadar y pedalear, porque mi cuerpo está nuevo, no ha sido usado deportivam­ente.

¿Qué obstáculos has enfrentado en tu carrera?

En el deporte han sido muchos, desde buscar patrocinad­ores hasta viajar a otro país. La logística es compleja y los eventos deportivos no son baratos, no es fácil conseguir recursos, pero sigo tocando puertas. Doy una conferenci­a que titulé “Cruzando metas, retos ordinarios y extraordin­arios”, con la cual me ayudo.

¿Has pensado en algún momento en tirar la toalla?

Para esos momentos tengo una frase: “No intento nada, logro todo”. Es mi forma de ver la vida y la pongo en práctica. También la hemos estampado en playeras para venderlas. El camino no ha sido fácil, pero cuando se complica es mayor la satisfacci­ón.

La vida te dio limones...

Perdí la vista a los 14 años de un golpe y me costó otros 10 aceptar quién era Marcos realmente. Me daba cuenta de que era invidente, a pesar de que a mi familia no le importaba. De dientes para afuera era feliz, pero en mi corazón no. Ahora llevo 22 años de que me amo como soy y me caigo bien todavía.

¿Qué deporte te gusta más de los que conforman el triatlón? La bicicleta, porque te conviertes en tu propia carrocería; aceleras y sientes el aire y la emoción. Entre mi guía, la bicicleta y yo somos casi 200 kilos volando a 75 kilómetros por hora. Entonces me gusta alzar las manos y disfrutar esa libertad.

¿Existe algún deportista al que admires?

Me gustan mucho las historias de aquellas personas que desde chicos tuvieron la visión de adónde querían llegar; esos deportista­s son los que me encantan. Decir uno en especial no sería justo, porque hay muchas historias de vida increíbles.

¿Cuáles son tus pasatiempo­s? Escuchar música a todo volumen con mis audífonos. La música me ayuda a regresar a lugares que me gustaban mucho. Me gusta Pedro Infante, José José y Tin-Tan... me devuelven al México de antes, que también era muy bonito.

¿Tu canción favorita?

“Cien años”, de Pedro Infante, y “Una noche amor”, de José José.

¿Qué querías ser de niño? Médico.

¿Qué le diría el niño Marco al adulto que eres hoy?

Si ese niño me encontrara hoy se sentiría muy orgulloso de lo que soy. La situación en mi casa fue difícil; tenía todo, pero no veía claro el futuro. Fui muy desesperad­o y atrabancad­o, así que ese niño se sentiría feliz de haber llegado hasta acá.

“‘No intento nada, logro todo’, es una frase que tengo en la vida para cuando las cosas se complican”

¿Qué te asusta?

No saber responder ante ciertas circunstan­cias. Por ejemplo, al mar le tengo mucho respeto, sobre todo cuando pienso qué hay debajo cuando voy nadando. Me atemoriza no saber reaccionar ante situacione­s difíciles.

¿Cocinas?

Sí, me encanta hacer el desayuno para mi familia. Recuerdo que hace nueve años mi esposa y yo nos dimos otra oportunida­d, nos estábamos recostruye­ndo. Le preparé una lasaña tan buena que se enamoró de mí otra vez, justo como pasó en Cómo agua para chocolate. No sé hacer muchas cosas, pero lo que hago lo hago con mucho cariño.

 ?? JUAN CARLOS BAUTISTA ?? “Por obvias razones soy una persona de mucho contacto; mi forma de ver es tocar”.
JUAN CARLOS BAUTISTA “Por obvias razones soy una persona de mucho contacto; mi forma de ver es tocar”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico