USA: aplastante superioridad
En algún momento llegué a escribir, en esta columna, que la Selección femenil de futbol de nuestro país podría tal vez ocupar el lugar que sus contrapartes varones no han logrado alcanzar en el balompié mundial. Eran todavía los tiempos en que aquello, lo que del deporte más popular del planeta fuera jugado por mujeres, parecía todavía territorio virgen, un espacio conquistable para los recién llegados.
También el box fue, años atrás, una disciplina en la que podrían destacar las mexicanas. Pero, a diferencia de las chicas futbolistas, las boxeadoras se han hecho de un sólido renombre en el universo pugilístico. Con las jugadoras del equipo nacional no ha ocurrido así. No figuran en el escenario. Mandan, antes que nadie más, las estadounidenses. Y las alemanas, después de ellas, junto con las suecas y las brasileñas.
El caso de las norteamericanas es algo fuera de serie: han ganado tres títulos de los siete campeonatos disputados y nunca han bajado del segundo puesto en la clasificación mundial de equipos que hace la FIFA. En cuanto a su participación en los Mundiales, su peor desempeño ha sido un tercer lugar. O sea, han alcanzado siempre las semifinales.
Son favoritas ahora para ganar su cuarto campeonato y llevan una racha impresionante de triunfos. Si en algún momento, en el pasado torneo Clausura de la Liga MX, los jugadores de cierto equipo les solicitaron amablemente a sus rivales que ya no anotaran más goles para evitarles una innecesaria humillación, las futbolistas de nuestro vecino país del norte no se tentaron el corazón para alcanzar un marcador de escándalo en su primer partido del actual Mundial femenil: 13 tantos metieron en la portería de Tailandia. Fueron inclusive criticadas por celebrar descaradamente cada anotación. Estamos hablando, en todo caso, de un récord impuesto en las Copas del Mundo celebradas hasta ahora. ¡Favoritas absolutas al título!
Su peor desempeño ha sido un tercer lugar. O sea, han alcanzado siempre las semifinales