¿Estaremos mejor en un año?
Estamos pasando por momentos complicados en México a un año del triunfo de López Obrador. La economía está casi parada. ¿Qué podemos esperar? ¿Vendrán tiempos mejores?
Por más que quiero encontrar el ángulo optimista, me cuesta trabajo visualizar un panorama en el que la situación económica cambie para bien en el corto plazo. Pese a que veo algunos escenarios que nos pueden favorecer, veo más que nos pueden perjudicar. Simplemente no encuentro un
catalizador que detone la confianza que tanto necesitamos.
Por desgracia no soy el único. En una reciente encuesta realizada por un prestigioso banco internacional, 70% de los inversionistas institucionales consultados pronosticaron que dentro de un año la economía estaría “peor” o “mucho peor” que hoy. Solo 9% dijo que la economía estaría “mejor” o “mucho mejor”. En otra encuesta —ésta por parte de Banxico— tan solo 5% de los analistas consultados opinaron que el clima de negocios mejoraría en los siguientes seis meses.
¿Qué puede pasar en el futuro cercano que mejore la situación del país? Una buena noticia sería que Estados Unidos baje sus tasas de interés. Esto ayudaría al tipo de cambio y nos abriría la puerta a bajar nuestras propias tasas para estimular la economía. También existe la posibilidad de que el Congreso de EU ratifique el T-MEC, eliminando así incertidumbre comercial. Asimismo, el precio del petróleo puede jugar a nuestro favor. Aunque este beneficio estaríaacotadopornuestracadavezmenorproducción y exportación de crudo y por la posibilidad dequeelgobiernoincurraensubsidiosparaevitar que la gasolina también aumente.
Desafortunadamente veo más amenazantes los nubarrones de los próximos 12 meses. De entrada, los escenarios de arriba pueden jugar en nuestra contra: las tasas en EU pueden mantenerse estables o incluso subir; la ratificación del T-MEC se puede demorar hasta después de las elecciones de aquel país; el precio del petróleo puede bajar.
Otras situaciones pueden complicar aún más las cosas. Arriba de la lista está la posible reducción a la calificación de la deuda de Pemex para ubicarla como chatarra. Esto aumentaría el costo de la deuda y desencadenaría una serie de eventos negativos para el país.
Una deficiente operación por parte del gobierno también podría afectar las perspectivas. Con la limpia de puestos por ajustes presupuestales, miles de funcionarios capaces y con experiencia han dejado el sector público. Habrá que ver también las presiones presupuestales que pueden surgir por el inicio de obras como la refinería de Dos Bocas. Quizá el mayor problema económico de hoy
Obrador._ es la falta de inversión provocada por la falta de confianza. Las encuestas del banco de inversión ydeBanxiconosonunbuenauguriodequeesto cambie. Existe una bala de plata: la reactivación delaeropuertodeTexcoco.Perosevecasiimposible que la use López