Al margen de las causas
Aterrizando lo prosístico al plano elemental que exige análisis, un ejercicio de reflexión es el siguiente: en una de las plataformas internacionales que apoya causas altruistas como que pacientes con órganos trasplantados tengan medicamentos para evitar el rechazo, hay jóvenes que quieren implementar que acepten empeños denigrantes: alguien osaba proponer que solo Ocean Vuong (Vietnam, 1988) escriba novelas. Por supuesto la petición sería rechazada. Considerar ya el caso parece grotesco, pero vivimos entre polaridades y en un desequilibrio que necesita estabilidad. No es la demanda lo que sorprende, cada cual puede solicitar lo que le plazca, sino que habría pocos detractores de la banal causa.
En cualquier caso, si alguien merece que luchemos por hacer justicia literaria es Borges, quien nunca recibió el Premio Nobel. Con 30 años, Vuong tiene una cantidad de galardones que ni siquiera uno de los poetas con mayor influencia social de la generación del 50: Gil de Biedma, acumuló durante su trayectoria. Mucho más importante sería prestar atención a escritores como Laurence Debray (Francia, 1976), que recientemente publicó la obra Hija de revolucionarios, primogénita de Elizabeth Burgos y Régis Debray, teórico de la Revolución cubana. Ella llamó mi atención cuando declaró con humildad en una entrevista para El País que “es muy fácil defender a Maduro desde un café de París” y viaja por consiguiente desde Francia hacia Venezuela para presentar el título.
¿Por qué la necedad de rendirle pleitesía a aquellos que carecen de un mérito que únicamente se gana con los años? El libro de Debray es un homenaje al compromiso civil con la política “verdadera” que hoy ya no practican los políticos; producto de un exhaustivo y riguroso análisis antes que reflejo del talento. Los trabajos de Vuong están “bien escritos”, pero carecen de una experiencia que da el tiempo.
Alfonsina Storni enumera en Un libro quemado los defectos masculinos y ahora quedaría estupefacta de saber que aplican a ambos géneros: egoísmo, celos, intemperancia, cobardía, inmoralidad, despotismo, cólera, fatuidad, pereza. Y gobiernan los días con una violenta determinación que convendría ahuyentar. Que en su listado falte la impaciencia tienejustificación,porque“maduralentoloquemásnosimporta y el tiempo y el espacio son frutas delicadas”.