“AMLO, poseedor de la verdad absoluta, la impone en Sheinbaum ”
La tenacidad es frecuentemente confundida con la obstinación. Elogios, señales y la insistencia del camino a la transformación encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador prevaleció en su informe del 1 de julio en el Zócalo capitalino.
Fiel a su estilo y en esa permanente búsqueda de todos los medios posibles de persuasión, ya como instrumento
del statu quo, sumado a la transmisión de ideas y emociones por el uso de símbolos, el Presidente constata que sigue siendo la batuta en el flujo unidireccional, y no propiamente libre, de su comunicación hacia sus seguidores especialmente por el uso de la propaganda que hace de sus “otros datos” encaminados a manipular a la opinión pública.
El escenario no pudo ser más revelador. Detrás del atril presidencial dos sillas juntas y una totalmente apartada. La doctora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del mandatario, y la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y lejos el presidente de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, que recientemente ha marcado una distancia con la línea dictada por el Ejecutivo en el affaire migratorio y la borrosa frontera entre las facultades de la secretaría de Relaciones Exteriores y Gobernación, y a quien trataron de convencer, sin éxito, de bajarse del templete y ocupar un lugar entre los invitados especiales.
Ló pez Obrador yS he inbaum han mostrado una relación totalmente vertical. El primero, poseedor de la verdad absoluta la deposita (impone) en la inteligencia de la segunda exhibiendo una dominación política que supone la “rescata” de los problemas que implica la destreza de gobernar Ciudad de México en sus múltiples esferas y complejas problemáticas.
Esa especie de resignación política exhibida por Sheinbaum, aunado a la grilla palaciega desencadenada, entre otras cosas, por sus deficientes resultados en materia de seguridad pública y con agendas que le colocan una camisa de fuerza, impactan en su imagen creando una percepción de debilidad cuando debería empoderarla estar en el ánimo presidencial rumbo a 2024.
No basta con exhibir los excesos mistificadores de una retórica celebratoria de la 4T. Es preciso dejar de lado las palabras y observar cuidadosamente los datos objetivos que arroja la realidad y actuar en consecuencia.
Más gestión y menos ideología, pues.
No basta con exhibir los excesos mistificadores de la 4T