¿Último cardenal mexicano, nombrado por el Papa Francisco I?
ASergio Obeso Rivera
nte la noticia de la muerte del cardenal Sergio Obeso Rivera, arzobispo emérito de Xalapa, México. El Papa Francisco ha enviado un mensaje en el que manifiesta su profundo pésame: “ruego por el eterno descanso de su alma, que el Señor Jesús le otorgue la corona de gloria que no se marchita”. Y en ese mismo comunicado dirigido a monseñor Hipólito Reyes Larios, arzobispo de Xalapa, el pontífice también expresa su tristeza y dolor tras recibir la noticia del fallecimiento del cardenal mexicano : “Expreso a vuestra excelencia mi sentimiento de pesar, rogando que tenga la bondad de transmitirlo también a los familiares del difunto prelado y a cuantos forman parte de esa Arquidiócesis”, añade el Santo Padre.
“Recordando a este abnegado pastor que, durante años y con fidelidad, entregó su vida al servicio de Dios y de la Iglesia, reitero una gran oración porque Jesucristo lo reciba en su seno y, a todos, les imparto la bendición apostólica”, concluye el Papa (Multimedia/ Chiesa/Vaticannews).
Recuerdo lo que escribí en este mismo lugar, cuando el Papa Francisco le iba a otorgar el nombramiento Cardenalicio a Sergio Obeso Rivera, el 28 de junio de 2018, después de haber servido a su Iglesia por más de 65 años de mística sacerdotal y por más de 48 años de mística episcopal:
“En nuestra época de formación teziuteca, con mi amigo Juan Bustillos Orozco, teníamos entre los libros que leíamos, a tres de manera principal: “Cien años de soledad”, “El retorno de los brujos” y “Las llaves del reino”.
Este último, en particular, nos impactó en la enseñanza católica que, entonces recibíamos del Pbro. Luis Lizardi.
La figura del cura Francisco Chisholm, los avatares de su existencia en el Reino Unido y su labor como misionero en China. Sus trabajos y apostolado, sus penas(…)alegrías, mandarines, religiosas, guerra civil china, sufrimientos y ejemplar vida hasta su retorno a su amada Tywecastle, le hacen merecedor de aquello que se menciona en la apologética: “Al vivir con esfuerzo y dedicación se ganan las llaves del reino de Dios y la entrada al paraíso. Lo hecho en esta vida, se gana para la vida eterna” (A.J. Cronin, “Las Llaves del Reino”, Ed. Juventud, España, 1960). Y, así, fue uno de los libros predilectos” (Bacre, P.V. “Milenio de Puebla, abril-mayo de 2018).
“En ese mismo devenir histórico, para 1971-1974, llega como Obispo de Papantla, Sergio Obeso Rivera (sucedió a Alfonso M. Sánchez Tinoco, de gran arraigo y presencia en la diócesis papanteca (….)invitado y asistente al Concilio Vaticano II e impulsor del aggiornamento y, con otras futuras mejoras para la iglesia católica mexicana. Muere en un segundo -¿concidencial?- accidente automovilístico).
Don Sergio -como le agradaba que le dijéramospronto se ganó el lugar que había dejado vacante Alfonso. Su sencillez, carisma, sapiencia, generosidad, humildad y simpatía, le creó su nuevo lugar de gran pastor y pronto fue muy querido y aceptado por su grey y por Teziutlán y los demás sectores sociales de la región serranocosteña del Totonacapan, que como ya hemos descrito en estos mismos espacios, desde el conflicto entre Rafael Guízar y Valencia, obispo de Xalapa y el entonces gobernador del estado de Veracruz, Adalberto Tejeda, la sede de la Diócesis de Papantla se estableció y continúa en la ciudad de Teziutlán, Puebla (el 24 de noviembre de 1922) con la aprobación del propio Vaticano.
De manera semejante al P. Francisco Chisholm-personaje de Cronin-, Sergio Obeso Rivera le dedicó la vida entera a servir a sus semejantes. A trabajar con sus fieles. A estar cerca de sus seminaristas. A estar al lado de sus sacerdotes, de sus religiosas;
I._ a ser parte de su pueblo, de sus jóvenes, de los indígenas y obreros, de las comunidades eclesiales de base, de sus hermanos obispos y arzobispos, del prójimo, de los pobres y de su iglesia…descanse en paz él, quizá, último cardenal mexicano nombrado por el Papa Francisco