El sobrino de la tía
Primer escenario: a menos que una descuidada Dolores Padierna haya sido grabada haciendo una petición especial o la haya escrito por mensajería electrónica o a mano limpia, dirigida a su sobrino juez, Felipe de Jesús Delgadillo Padierna, para que acabe con Rosario Robles, su enemiga política desde los videoescándalos que hundieron a René Bejarano, esposo de la senadora y, en consecuencia, tío del juzgador, es
imposible jurídicamente demostrar que hay consigna familiar contra la hoy desafortunada ex jefa de Gobierno. Políticamente es otra cosa.
Aun si la legisladora, que primero rehusaba confirmar el parentesco, ahora lo reconoce y dice estar segura de que su sobrino no recibe ni acepta consignas, el enfrentamiento de Robles, Carlos Ahumada y algunos panistas cercanos al salinismo contra Andrés Manuel López Obrador, Bejarano y Padierna no fue de poca relevancia y marcó la primera década del siglo, con el tabasqueño derrotado por mínimo margen en la presidencial de 2006 y su operador político en la cárcel después de ser pillado en un video recibiendo fajos de billetes del empresario argentino, que pasó de benefactor de perredistas y compañero de Robles a hitman a las órdenes de priistas y panistas.
Hace días se comentaba aquí sobre la venganza en puerta y algunos de la escasa pero selecta concurrencia de este espacio, militantes del lopezobradorismo, reclamaron airados el uso de la palabra y remitieron al discurso mañanero del Presidente en el que juraba que nada de revanchismos ni rencores, como si la política fuera una burbuja ajena a las reacciones humanas más básicas. En ese texto se comentó también sobre la perversidad de perseguir a Ahumada con una denuncia presentada en su momento precisamente por la señora que ahora duerme en Santa Martha Acatitla porque al sobrino de su enemiga le pareció que podía fugarse a Costa Rica.
El peso político de los acontecimientos suele tener tal dimensión que no pocas veces, acaso invocando el beneficio mayor o la razón de Estado, la ley suele hallar vericuetos para hacerlo valer, como en el caso de la liberación de Florence Cassez. Atestiguar hoy la debacle de Robles sin otear al pasado de confrontación con la tribu bejaranista es un segundo escenario improbable, impensable.
Imposible, atestiguar hoy la debacle de Robles sin otear al pasado