Monterrey… ¡ni con toda la lana!
Un equipo como Monterrey no debería de haber llegado en la décimo cuarta posición de la tabla al celebrarse la jornada 13 de la Liga MX. Digo, tienen dinero para contratar a jugadores de relumbrón, a diferencia de esas Chivas que, según dicen, afrontan serios problemas de caja. Cuentan con una afición fidelísima y entregada que llena los estadios cada que juega el equipo de sus amores. Llevan ya en las venas el orgullo de ser regiomontanos, o sea, de portar el estandarte de una ciudad futbolera con equipos que le plantan cara a cualquiera de los llamados “grandes” del balompié nacional. ¿Qué diablos pasa con los Rayados? ¿Qué demonios fue los que los llevó a desplomarse de tal forma siendo que son protagonistas
de la fiesta? Antonio Mohamed es un técnico exitoso, vaya que sí, y su retorno al club anuncia cosas buenas. En lo que toca al despido de Diego Alonso —o de su posible dimisión luego de la derrota de la pasada fecha ante Tigres, su rival directísimo en el clásico de la llamada Sultana del Norte—, la afición no estaba nada contenta con el uruguayo. Y, más allá de que el club haya logrado el título de Liga de Campeones de la no tan prestigiosa CONCACAF y de que pueda acudir a mostrar sus tamaños con los pesos pesados en el Mundial de Clubes, mérito personal del recién defenestrado director técnico, basta con mirar la tabal de posiciones del actual torneo Apertura para no tener ya que hacer demasiadas especulaciones ni inventar tampoco historias obligadamente truculentas: lo repito —y con eso comencé precisamente este artículo— el lugar 14 es totalmente indigno de un equipo así.
Sepan ustedes, amables lectores, que Monterrey es el club que más dinero invierte en… ¡toda Latinoamérica! Y aquí, con esto, tengo que decir que me he equivocado repetidas veces al proclamar que los triunfos y los títulos se logran a punta de billetes. Pues ya están viendo ustedes que no. ¡Uf!
Me he equivocado repetidas veces al proclamar que los títulos se logran a punta de billetes