La risa de las hienas
El cartujo recuerda una frase de Gottfried Keller citada por Borges: “Su carácter fue su destino”. El escritor suizo se refirió así a uno de sus personajes, el monje la piensa en relación a Manuel Bartlett, uno de los próceres de la 4T a quien las acusaciones de fraudes electorales, enriquecimiento inexplicable y errores criminales no le provocan sino risa, esa risa malévola atribuida a las hienas, tan vilipendiadas por su proclividad carroñera, como tantos políticos mexicanos de todos los tiempos.
La soberbia y el escándalo han acompañado la vida de Bartlett, quien en las elecciones presidenciales de 1988 avaló el fraude contra Cuauhtémoc Cárdenas para favorecer a Carlos Salinas. Después, cuando ya nada podían ofrecerle, se desmarcó del PRI y de Salinas para acercarse a la esperpéntica izquierda mexicana, donde bajo la protección de Andrés Manuel López Obrador se ha vuelto intocable.
Cuando Carlos Loret descubrió y exhibió la riqueza inmobiliaria del director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), omitida en su declaración patrimonial como servidor público, el Presidente lo exoneró fast track, atribuyendo a la derecha las denuncias en contra del funcionario; en la Secretaría de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval también lo dejó libre de toda
El escándalo y la soberbia han acompañado a Bartlett
culpa, como ha dejado a otros de sus contlapaches de la 4T.
En estos días, en medio de la tragedia por las inundaciones en su estado, el gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, ha amenazado con demandar a Bartlett por el “manejo irresponsable” en el desfogue la presa Peñitas, lo cual ha contribuido a la desgracia tabasqueña. Pero como en el fraude del 88, el político poblano no admite ninguna responsabilidad. “A mí esa demanda me da risa”, expresó cuando le preguntaron al respecto.
En su conferencia del miércoles, al ser interrogado sobre la presunta demanda del gobernador y los comentarios del director de la CFE, López Obrador respondió: “No me quiero meter en eso”. Y así le dio otro espaldarazo y un nuevo motivo de risa insensata a su inefable aliado.
Queridos cinco lectores, con una oración por los 97,624 muertos por covid-19 en México, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén.