Una explicación del déjàvu
El equivalente en español del término francés déjàvu es una palabra mucho más grave: paramnesia. Quizá para mantener el tono lúdico del término francés deberíamos llamar ya-lo-vi al déjàvu.
La definición del fenómeno dice: “Alteración de la memoria por la que el sujeto cree recordar situaciones que no han ocurrido o modifica algunas circunstancias de aquellas que se han producido”.
Ante el recuerdo de las situaciones que no han ocurrido, la víctima del déjàvu tiende a pensar que seguramente había soñado eso que está viviendo por segunda vez.
Cesare Pavese escribió en su diario una reflexión sobre el sueño, donde dice que, a pesar de la pasividad del que sueña “es indudable que el sueño lo creamos nosotros. Crear sin tener conciencia de ello, he aquí lo extraño del sueño”.
Sobre esta creación inconsciente que hace uno durante el sueño, Heráclito nos advierte en sus Fragmentos que las personas que duermen “son artífices y colaboradores de lo que ocurre en el mundo”.
Ser artífice y colaborador de lo ocurre supone una contribución activa y esto, en un cuerpo dormido, es posible solamente si ese cuerpo está soñando, pues “el hombre en la noche”, dice el
mismo Heráclito, “entra en contacto con una luz, al estar muerto para sí mismo y viviendo”.
Con esa luz alumbra el que sueña, que está muerto para sí mismo, o sea inconsciente, ese territorio en el que vive, junto a una multitud de soñantes que trabaja, como el panadero que hace el pan durante la noche, en la creación del día siguiente.
Marco Aurelio, por su parte, comenta y clarifica estas dos ideas de Heráclito: “los que duermen
trabajan, y son trabajadores que contribuyen en cierto modo a lo que sucede en el mundo”.
Esa masa de trabajadores que durante el sueño crean, sin darse cuenta, la trama y los sucesos del día siguiente, explicaría el fenómeno del déjàvu: la situación, que
olvido._ creíamos haber vivido antes, resulta que la habíamos creado nosotros mismos durante una noche laboral, pero no la recordamos, no se trata de un presentimiento ni de una señal, sino de un