Sin Seguro Popular, ni consultorios baratos
Si algo extrañan los ciudadanos de a pie de los “neoliberales”, es el Seguro Popular para la atención de la salud. Los “conservadores” del pasado lograron establecer un servicio médico en los respectivos niveles, y hasta con medicamentos salían los pacientes atendidos en consulta externa, hospitalizados por cirugías o por tratamiento.
Pero eso se acabó para la población que carece de seguridad social y había encontrado en el Seguro Popular una opción medianamente digna, lo peor es ahora no tenerlo.
Conlallegadadelgobiernodela4T,en el sector salud se han dado tumbos por la pésima estrategia de atención, en la medidadequedestruyeronloquehabíayno tenían nada preparado para sustituirlo.
Dicho de otro manera, destruyeron desde sus cimientos el programa de Seguro Popular, exitoso, solo porque era de los “gobiernos del pasado”.
Todo indica que la administración federal de la esperanza no morirá en el intento y ha impulsado el programa IMSS-Bienestar, con las respectivas reformas a la Ley de Salud.
Con ese propósito se ha adherido a la Federación toda la infraestructura hospitalaria de, por lo menos, 18 estados, a excepción de entidades como Puebla.
Algo no está funcionando bien en el sector salud, porque sin “evidencia científica”, ahora pone en la mira el funcionamiento de los consultorios médicos de cadenas farmacéuticas, donde las consultas son baratas y no hay tanta burocracia como en los hospitales del sector salud.
En Puebla operan más de 4 mil consultorios médicos aledaños a farmacias de cadenas nacionales privadas o de empresarios locales, reveló José Antonio Martínez García, secretario de Salud estatal.
De acuerdo con el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud federal, Hugo López- Gatell Ramírez, existen en el país poco más de 16 mil establecimientos que, según él, son un “gran engaño”.
A la gente pobre que les quitaron el Seguro Popular ahora les buscan cerrar los consultorios, que dicho sea de paso, son supervisados por las autoridades sanitarias. De 250 supervisados en Puebla, solo uno fue suspendido.
Al gobierno federal, como con el Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles”, pocas líneas aéreas la quieren utilizar, pues ahora inhabilitan el AICM y por decretazo las obligan a operar en el AIFA.