Reubican a 58 familias para construir presa Alerta sísmica sonará a las 12:19.
Comisionada. Jabnely Maldonado da cuenta de 13 mil casas entregadas y atención a 100 mil personas
El pueblo de Santa María de Gracia, en Sinaloa, parece una aldea fantasma, ni un alma camina por sus calles de terracería. El templo de la Purísima Concepción ya no tiene ni bancas, ni imágenes religiosas: en junio se llevaron a la virgen.
Aunque falta que los habitantes saquen sus últimas pertenencias, las casas de adobe, piedra y madera ya están vacías, algunas cayendo a pedazos.
Santa María de Gracia es un pueblo del siglo XVI que hoy está listo para que el agua de la presa del mismo nombre, que se construye unos metros arriba, lo sepulte para siempre.
De las 58 familias que habitaban allí, solo queda la de una mujer que no ha aceptado reubicarse en la nueva comunidad construida por el gobierno estatal para desalojar el área, que quedará inundada cuando se eche a andar la presa.
La presa Santa María, obra a cargo de la Conagua es uno de los proyectos heredados del sexenio anterior que el presidente Andrés Manuel López Obrador no desechó; en cambio, ordenó acelerarla para que esté lista en diciembre de 2023.
Bajo el agua de la presa, que tendrá un embalse de 2 mil 352 hectáreas, un poco menos que el tamaño de la alcaldía Benito Juárez, quedarán sumergidas las 58 viviendas, la iglesia, el panteón, las escuelas, la clínica y los campos de cultivo de maíz y ciruelas de quienes, hasta inicios de este año, habitaban allí.
La idea de construir una presa para aprovechar las aguas del río Baluarte, que escurren por la Sierra Madre Occidental, se planteó hace más de 60 años.
En 1960 se hicieron los primeros estudios para explorar la viabilidad del proyecto de las presas de los ríos Baluarte y Presidio para beneficiar a las comunidades agrícolas de los municipios sierra abajo: Escuinapa y Rosario.
Fue hasta 2015, en el sexenio de Enrique Peña Nieto, cuando la obra de la presa se echó a andar y el actual gobierno federal le ha dado continuidad para beneficio de más de 10 mil agricultores, especialmente de mango.
En los cinco años del gobierno de Quirino Ordaz únicamente se comenzó la construcción del nuevo pueblo, pero la negociación con los pobladores para mudarse quedó pendiente.
El planteamiento de la necesidad de desplazarse estuvo a cargo del subsecretario del actual gobierno, Rodolfo Jiménez, en noviembre de 2021 cuando asumió el cargo el gobernador Rubén Rocha Moya.
El proyecto fue planteado hace seis décadas, pero arrancó hasta 2015
“En esa primera reunión manifestaron resistencia al cambio; sin embargo, fuimos desahogando las preocupaciones que tenían, que eran básicamente la vivienda, el agua, el panteón y la iglesia”, explica Jiménez.
Hoy, las viviendas están terminadas y la iglesia se reconstruyó exactamente igual a la original, así como un un pozo y un depósito de 70 mil litros para abastecer al pueblo.
Las calles están pavimentadas y cada casa tiene 800 metros cuadrados de propiedad; además, se construyeron escuelas, un centro comunitario, una clínica y está en proceso una cancha de usos múltiples.
El 25 de mayo pasado se inauguró el nuevo pueblo y la gente comenzó su éxodo; se prevé que la presa esté terminada en diciembre de 2023.
A las 13:14 horas del 19 de septiembre de 2017, un sismo de 7.1 grados con epicentro en Puebla sacudió el centro del país, dejando 369 muertos (219 en la Ciudad de México), 43 edificios derrumbados y daños en miles de inmuebles.
Jabnely Maldonado, comisionada para la Reconstrucción en la capital, aseguró que este programalleva80porciento de avance y que los retrasos se deben a la pandemia, al incumplimiento de empresas y hasta a la invasión a Ucrania, pues elevó 10 veces los precios del acero.
“Llevamos casi 80 por ciento de avances del programa de reconstrucción, eso significa que hemos entregado casi 13 mil viviendas reconstruidas y rehabilitadas, tanto casas como departamentos; hemos avanzado en la atención de casi 100 mil personas y actualmente, en obra, nos encontramos en 6 mil 400 viviendas, nos falta por iniciar 3 mil 300”, comentó a MILENIO.
Algunos edificios ya se entregaron por parte de la Comisión de la Reconstrucción, como el multifamiliar de Tlalpan, tras una inversión de 293 millones de pesos; en este inmueble murieron nueve personas.
Una de las obras que van más lentas es la de Coquimbo 911. En el lugar fallecieron otras nueve personas y tras rescindir el contrato con la primera empresa por incumplimiento, apenas se han colocado los cimientos.
En el colegio Enrique Rébsamen, en la alcaldía Tlalpan, murieron 19 niños y siete adultos. Tras encontrar irregularidades en la remodelación del inmueble, la dueña fue detenida y se emitió orden de captura contra el director responsable de obra, Francisco Arturo Pérez, por el que se ofrece una recompensa de un millón de pesos.
En el centro de la ciudad, el colapso del edificio ubicado en calle Chimalpopoca esquina con Simón Bolívar cobró la vida de 21 personas. Como en 1985, las trabajadoras costureras fueron víctimas de las malas condiciones laborales; este predio ahora se utiliza como estacionamiento público y los trabajadores nada saben de los dueños.
Otro hueco que dejó el sismo fue el que se encuentra en Álvaro Obregón 286, donde cayó un edificio dejando 49 fallecidos. El lugar está vacío ya a la espera, pues primero se intentó colocar un memorial y ahora el plan es hacer un centro de preparación para rescatistas.
Hasta el momento se han ejercido 7 mil 500 de 12 mil millones de pesos previstos para la reconstrucción.