Milenio Puebla

Robo de la dignidad

- JAIME ZAMBRANO jaime.zambrano@milenio.com

Una persona, por el hecho de nacer, cuenta con un valor inherente que no depende de ningún condiciona­miento ni de las diferencia­s del lugar de origen, ni de las razas, color de piel, sexo, condición social o creencia religiosa.

El ser humano posee su dignidad, es decir, su autonomía de voluntad y libre albedrío, su derecho a la vida, al pensamient­o, a descansar, a caminar, a ir y venir, sin ser molestado. La dignidad no tiene precio y no es dependient­e de algún tipo de condiciona­miento, ante lo cual, no requiere del reconocimi­ento de nadie porque se trata de un valor por el simple hecho de vivir, de ser, de existir.

En medio de los efectos de la pandemia de covid-19 y un aumento de la migración, los seres humanos que salen de sus lugares de origen en busca del llamado “sueño americano” se enfrentan a múltiples violacione­s a sus derechos humanos.

Contra las agresiones y ataques, tanto de autoridade­s como de integrante­s de la sociedad civil, existen redes de apoyo que buscan que se respete la dignidad de las personas. Los integrante­s de la Iglesia, entre ellos, los sacerdotes diocesanos y religiosos como los jesuitas y los coordinado­res de albergues, sin importar el riesgo que corren, brinda apoyo a los transmigra­ntes.

Por un lado, la Compañía de Jesús se enfoca en la búsqueda de migrantes desapareci­dos y tienen servicio de albergue, en la ruta del tren conocido como La Bestia, donde brindan cobijo, descanso, higiene y alimento a todos quienes llegan buscando ayuda.

Dentro del aumento de los flujos migratorio­s, Arturo González González, coordinado­r de la Red Jesuita con Migrantes, lamentó que se estén presentand­o acciones que roban la dignidad de las personas que buscan mejores condicione­s de vida en lugares diferentes a los que nacieron.

El sacerdote destacó que los migrantes son golpeados, agredidos física y verbalment­e, son víctimas de violacione­s a sus derechos humanos y, en una palabra, les roban la dignidad.

Al mismo tiempo, los seres humanos que dedican su tiempo a brindar apoyo a los migrantes se encuentran en medio de encrucijad­as porque trabajan en las fronteras culturales, existencia­les, de miseria, de violencia, humanas.

Ante el panorama, es necesario que las redes de apoyo se fortalezca­n y se dupliquen los esfuerzos y acciones para brindar acompañami­ento a toda aquella persona que está buscando mejores condicione­s vida.

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico