En defensa del INE
No
la raza, ni el clima: las instituciones. Lo que distingue a las buenas sociedades de las malas; a las sociedades que atraen población porque vale la pena vivir en ellas, de las que expulsan a sus habitantes, es la calidad de sus instituciones.
Lo curioso de las marchas realizadas en numerosas ciudades del país y del exterior es que defendían a eso, a una institución, al INE. No a una persona, no a un partido, no a una causa: a una institución.
Las instituciones son normas que estructuran la acción humana, y las organizaciones que les dan vida. Trascienden a los individuos que las ocupan. El INE le da vigencia a las normas que regulanelaccesoalpoderpolíticoennuestro país. Costó muchos años y el esfuerzo de muchos construirlo.
Pero dio frutos. Entre 1920 y 1994 hubo 15 elecciones presidenciales. 74 años con cero alternancias. Después del IFE ciudadanizado ha habido 4 elecciones presidenciales.
Con tres alternancias. Nuestra institución electoral hizo posible lo que antes de ella era imposible.
Si hacemos cuentas en los otros cargos que en nuestro país son de elección popular los datos serán muy similares.
El grupo en el poder hoy, Morena y sus aliados, ha sido favorecido por esta institucionalidad. Y por los votos de los ciudadanos, ciertamente. Pero sin unentramado institucional que permite que los votos cuenten y se cuenten, seguiría en la oposición. Haciendo
“El secretario de Gobierno de la capital calculó 12 mil asistentes”
marchas, ciertamente.
Quizá, como bien apuntó Woldenberg a manera de hipótesis, lo que quieren al reformar al INE es quitarles a otros la oportunidad que ellos tuvieron: llegar al poder con el voto de los ciudadanos.
La narrativa con la que el grupo en el poder se ha referido a las marchas es sintomática:“racistas,clasistasymuyhipócritas”. “Conservadores”. Calificativos sin sentido ni lógica, que expresan, entre otras cosas, la ausencia de argumentos.
El gobierno de la Ciudad de México decretó contingencia ambiental el día de la marcha, lo que fue interpretado como un intento de boicot. El secretario de Gobierno de la capital calculó en 12 mil el número de asistentes a la misma. Un cálculo absurdo, muy alejado de la realidad, pero que quizá exprese algo sobre su sensibilidad y su estatura política.
Con todo esto, ¿alguien puede dudar de los rasgos autoritarios del grupo en el poder?