La Selección, en manos de la épica y la suerte
Menudos dos problemas, reconocidos por propios y extraños, los que presenta la selección mexicana de futbol a seis días de su debut en la Copa del Mundo Qatar 2022.
El primero: la falta de contundencia en el área enemiga, aderezada de falta de llegada y carencia de imaginación cuando se pretende atacar.
El segundo: la endeble defensa en las jugadas a balón parado que ejecutan los adversarios, fuente demasiado frecuente de goles en contra. Se carece, además, de un líder bien identificado en esta zona.
No voy a mencionar otras carencias, que sin duda las hay y se mostraron en el último duelo de preparación que terminó en derrota contra el representativo de Suecia.
Con los dos puntos señalados basta y sobra para terminar con cualquier esperanza de avanzar a la segunda ronda.
Como va a resultar imposible que el equipo nacional muestre una mejoría real en estos dos puntos (una constante en todo el proceso dirigido por Gerardo Martino), lo único a lo que se puede apelar es a la épica.
Que los seleccionados mexicanos salgan inspirados producto de una preparación mental extraordinaria y eso genere desempeños por encima de lo mostrado hasta ahora. En un Mundial esto es posible. Que los rivales de la selección, sobre todo Polonia y Arabia Saudita, tengan un nivel de juego menos bueno que los nuestros. Esto también es posible. No hemos visto casi nada de estos dos adversarios. Hay que descartar a Argentina que no para de mandar señales de que no sólo ganará con comodidad su grupo sino de que es serio candidato a ganar la Copa del Mundo.
Hay pues mucho pero mucho que trabajar en el campo psicológico con los seleccionados, e inclusive con el propio entrenador. La actitud del Tata en las entrevistas que ha dado en las últimas horas lo menos que reflejan es a un tipo confiado y prendido.
Hay mucho que trabajar en el campo psicológico con los seleccionados, e inclusive con el DT