Cárteles mexicanos operan en Qatar desde hace cinco años
Narcos de Sinaloa y de Jalisco trafican cocaína, metanfetaminas y captagón para lo cual han tejido rutas que inician en puertos latinoamericanos, pasan por África y entran a Medio Oriente, explica experto en terrorismo
CIUDAD DE MÉXICO
En Qatar no hay alcohol en los estadios, pero sí hay droga en las calles. Quienes la venden son los herederos de la estructura criminal de Joaquín El Chapo Guzmán y representantes de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, quienes han convertido a la sede mundialista en uno más de sus bastiones fuera de México.
En entrevista con MILENIO, Johan Obdola, experto en narcoterrismo en el Golfo Pérsico, aseguró que desde hace cinco años los dos cárteles más grandes del país distribuyen cocaína en territorio catarí, según las investigaciones de la consultora internacional Organización Global para la Seguridad e Inteligencia (IOSI, por sus siglas en inglés) sobre narcotráfico en el mundo árabe.
“En relación a Qatar, desde 2017 detectamos la presencia de cárteles de las drogas, específicamente el cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación.
“Estamos siguiendo muy de cerca qué va a pasar con este mundial de futbol y qué va a pasar con las operaciones de los cárteles”, dijo el especialista desde Dubái, donde asesora a funcionarios encargados del combate al narcotráfico y terrorismo en Emiratos Árabes Unidos, nación vecina de Qatar.
De acuerdo con Obdola, la oferta de los cárteles mexicanos en la casa de la copa del mundo 2022 no selimitaalacocaína,sinoquetambién abarca metanfetaminas y el captagón,conocidacomo“ladroga de los yihadistas”, una potente anfetamina que es capaz de estimular el sistema nervioso hasta impedir el sueño por más de 36 horas y que es muy popular entre las filas de grupos terroristas.
Pero en los meses anteriores a la inauguración del Mundial de Futbol, el uso del captagón —también llamada “la cocaína de los pobres”— tuvo otro uso en Qatar: se incrementó entre migrantes de países pobres en
Medio Oriente que trabajaron a marchas forzadas en la construcción de los nuevos estadios.
Eso significa que los cárteles mexicanos suministraron la droga necesaria para que los obreros con gafetes de la FIFA soportaran largas jornadas laborales, que han sido señaladas como violatorias de derechos humanos alrededor del mundo.
“Sin duda, la copa del mundo no solo es un evento en el que las marcas más importantes tienen mucho interés. Los cárteles mexicanos también están atentos y observando un gran negocio con los miles de visitantes a Qatar”, comentó el experto, quien se ha desempeñado como jefe antidrogas en Venezuela, su país de origen.
Alianzas
Las investigaciones de IOSI apuntan a que los cárteles mexicanos se han aliado con agrupaciones terroristas o paramilitares para trasladar sus cargamentos desde el continente americano hasta el Golfo Pérsico.
La principal asociación es con Hezbolá, según esas indagatorias.
Los delincuentes distribuyeron enervantes entre los trabajadores que construyeron los nuevos estadios para el mundial
Dicha organización musulmana es considerada terrorista en más de 50 países —incluido Estados Unidos— y ha sido acusada de ser la causante de miles de muertes en la región y un factor de peso en la crisis de violencia en Líbano, Siria y otros países.
Se trata de un pacto en el que tanto cárteles como agrupaciones terroristas o paramilitares salen ganando: los mexicanos aportan los narcóticos que elaboran en laboratorios clandestinos con materia prima que llega desde Asia y Hezbolá les permite usar las rutas de tráfico de drogas que controlan en Europa y África a cambio de un porcentaje de las ganancias que generan en el mercado de drogas de Oriente Medio.
“El cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación ya establecieron una alianza estratégica desde Venezuela hasta Argentina con Hezbolá (...) Esto se sabe desde hace años. Y así van abriendo una serie de mercados con métodos de infiltración y adquisición de propiedades con los que entran muy fuerte por Arabia Saudita y se van abriendo paso por esta zona del mundo.
“Qatar es un país muy pequeño, pero es que los cárteles van diversificado sus mercados. Y las agencias de seguridad de países como Qatar no están acostumbrados a lidiar con este tipo de organizaciones. En Qatar, por ejemplo, se concentran en el combate a otras drogas que vienen de Pakistán o Afganistán, pero el modus operandi de los cárteles mexicanos es muy distinto”, señaló Obdola, también coautor del libro Tráfico de cocaína en el Caribe y África Occidental en la era de los cárteles mexicanos.
“¿Distintos cómo? La violencia. Los pakistaníes o los afganos no son tan violentos como los mexicanos”, aclaró.
La vía africana
Primero, el cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación usan sus células en América Latina para llevar sus cargamentos hasta los principales puertos del cono sur. Sus lugares preferidos son Guayaquil, en Ecuador; Cartagena, en Colombia; el Puerto de los Santos en Sao Paulo, Brasil, y la costa venezolana.
Luego, los contenedores salen por mar hacia África en una ruta que la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito tiene bien estudiada: la droga que parte de América Latina recala en África Occidental, especialmente a países costeros como Burkina Faso y CaboVerde,dondelasautoridades hanalertadoque,desdehacealmenos una década, hay presencia de cárteles mexicanos.
Desde África Occidental se abren dos rutas: una que lleva cocaína, el captagón y las metanfetaminas hacia el resto del continente negro y una más que la lleva al norte, hacia Medio Oriente, donde ya la esperan representantes de los cárteles mexicanos radicados en Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Omán, Baréin y Qatar.
Un negocio redondo para el crimen organizado como balón de futbol.