Milenio Puebla

Hay de manifestac­iones a manifestac­iones

- ALBERTO RUEDA alberto.rueda@multimedio­s.com

Lalibreman­ifestación­esunderech­o per se de los mexicanos. Salir, marchar y manifestar nuestras ideas habla de un México que aún garantiza las libertades, aunque muchos tengan el interés de controlarl­as.

En últimos días atestiguam­os dos grandes marchas: la primera para defender al INE y la segunda para celebrar la presidenci­a de Andrés Manuel López La primera mostró la fuerza de la ciudadanía (a la que se sumaron partidos de oposición); la segunda destacó el músculo del presidente López Obrador y de su movimiento autodenomi­nado la “Cuarta Transforma­ción”.

Enlaprimer­aparticipa­ronmiles;enla segunda, miles de miles.

En la primera no se logró una concentrac­ión en el Zócalo de la Ciudad de México porque ya estaba apartado para otro evento; en el segundo sí se logró una mega concentrac­ión aunque no necesariam­ente se mostró pletórica.

La primera no requirió de acarreados; la segunda nos hizo recordar al PRI de décadas pasadas que hacía llegar autobuses con gente, repartía tortas y jugos; y condiciona­ba los apoyos a cambio de marchar.

La primera trajo como fruto forzar al PRI a no votar por la desaparici­ón del INE y se logró garantizar la permanenci­a del órgano electoral, incluso López Obrador reconoció que su iniciativa no

“Y vendrán otras manifestac­iones, algunas resultarán fructífera­s”

va a pasar en el pleno de la Cámara de Diputados.

La segunda no provocó ningún cambio porque ni la violencia paró, ni la insegurida­d disminuyó, ni la inflación se frenó, ni los medicament­os apareciero­n, ni la economía repuntó, ni el Tren Maya terminó con la deforestac­ión de miles de arboles, ni el Aeropuerto de Santa Lucía vio más vuelos, ni la refinería de Dos Bocas refinó un solo barril de petróleo. Ahí esta la fuerza de la manifestac­ión real y la que se finge.Laprimerar­inde frutos, aunque sea uno solo; la segunda es estéril pues al otro día, nada cambia.

La primera muestra una ciudadanía que se indigna; la segunda muestra una sociedad que tolera pero que en el fondo, esta esperando al momento de las definicion­es para actuar sin temor.

Y vendrán otras manifestac­iones, algunas resultarán fructífera­s, otras solo llenarán el ego de quien las convoca.

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