Milenio Puebla

El hombre que perdió su sombra

- JUAN GERARDO SAMPEDRO

Yo conservaba una antigua edición de este título que había leído hace mucho, primero por el asombro provocado por aquello de extraviar el “otro yo”, el que todos llevamos cerca. Si extiendo al extremo lo hasta aquí expuesto, aceptaría la concepción de que la esquizofre­nia sufrida —y experiment­ada— por los llamados alienados mentales, comenzaría precisamen­te al no ver la sombra que se arroja bajo la luz del sol o de la luna.

El autor de El hombre que perdió su sombra es Adelbet von Chamisso (Perla, Ediciones, México, 2020). La cuarta de forros la firma nada menos que Thomas Mann y ahí se encarga de explicar el tratamient­o temático que —como lo escribí antes— tiene una muy fuerte carga de lo que la psiquiatrí­a tradiciona­l nombra así, “esquizofre­nia”. Sin embargo es, si se quiere, una argumentac­ión muy personal, una apropiació­n de la lectura, solo eso.

Lo justo, en todo caso, es que los lectores que se acerquen a El hombre que perdió su sombra busquen sus referencia­s y obtengan sus conclusion­es. El sentido, de cualquier manera, lo proporcion­a el autor de todo texto.

El personaje —el joven Peter Schlemihl— vende su sombra al diablo a cambio de grandes cantidades de oro. Pero no sabe que al hacerlo no pierde sólo su sombra, sino también su personalid­ad.

Una lectura de juventud, en este caso ilustrada magistralm­ente

“Una vital narrativa que continúa presente a pesar del tiempo”

por David Espinosa.

Reescribo: el papel de la esquizofre­nia es quizá una exagerada atribución mía, lo que me obligaría a aceptarlo sin problema. Adelbet von Chamisso fue un escritor autodidact­a nacido en la Francia de 1781. En Alemania hizo una carrera militar que alternó con su oficio de escritor. Nunca regresaría a su lugar de origen, murió en 1838.

El relato está narrado en primera persona, el conocido “Yo” narrador. Una obra maestra, imprescind­ible. Para justificar mi probable y exagerada interpreta­ción, habré de anotar que para ser llamado esquizofré­nico se necesita más que perder la sombra.

Qué mejor transcribi­r las palabras del autor extraída de una de sus cartas: “Tengo la sombra con la que he nacido / démonos la mano por encima de todo / sigamos avanzando / después de la tempestad dormiremos el sueño en el puerto”.

El hombre que perdió su sombra es un clásico de la literatura romántica alemana. Una obra admirada por grandes autores. Una vital narrativa que continúa presente a pesar del tiempo.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico