... pero, ¿a qué costo?
Pero qué chulada que los sueldos en México vayan a incrementar un 20% el próximo año. Es una maravilla que los mexicanos podamos gozar de mayores ingresos, sobre todo cuando la inflación ha deteriorado la calidad de vida de la población que tiene que comprar menos para que alcance.
Las ciencias políticas y sociales dicencima que una sociedad “agüitada” puede resultar un peligro para los gobernantes y no es gratuito que este anuncio se dé un día después de que la Selección Mexicana de Fútbol fue eliminada del Mundial de Qatar.
Y es que hay que entender que los mexicanos descargamos en el balompié nuestras frustraciones y así como un buen resultado aviva la esperanza, un fracaso -como fue la eliminación de los seleccionados en la ronda clasificatoriahace que la sociedad se enoje y visualice con mayor agudeza las cosas que no marchan bien como el desempleo, el ineficaz sistema de salud, la inseguridad, la violencia y otros fenómenos.
En el ánimo social, el anuncio de incrementar el salario mínimo es un aliciente y un elemento potencialmente electoral para cerrar el año y prepararse para lo que se pondrá en juego en el 2023, tanto en el Estado de México como en Coahuila.
Ahora bien, que haya más dinero en
“Las empresas van a requerir de mayores recursos”
el salario es una gran noticia, pero ¿a qué costo?
Porque el comportamiento que vemos en decisiones similares aplicadas en otros países a lo largo de la historia es que un incremento en los salarios precede a un repunte en la inflación.
Las empresas van a requerir de mayores recursos para cubrir la nómina quincena tras quincena, pero eso hará que para capitalizarse deban aumentar el precio de sus productos y servicios, como lo hemos visto en el último año.
Así que más allá de lo atractivo que puede resultar para las primeras planas el que los salarios mejoren, debe existir una planeación estratégica que logre los equilibrios macroeconómicos que frenen el efecto inflacionario el cual ha alcanzado máximos históricos, tanto como la pobreza laboral y la pobreza extrema.
Por cierto, si sube el salario, los saldos de créditos hipotecarios también podrían crecer. Abusados.