Hablemos de sexo, no de embarazos
La vida entre los 15 y 19 años de edad es única; esta etapa está repleta de juventud y sueños. Sólo que algunas adolescentes pasan por un embarazo y en su mayoría no están preparadas.
La semana pasada, en Jalisco se propuso investigar el embarazo infantil como un delito, incluso cualquier autoridad que tenga conocimiento de alguno debe informar al Ministerio Público para que abra una investigación.
En lo que respecta a la adolescente, se le debe informar de los métodos anticonceptivos de emergencia y de su derecho a la interrupción del embarazo. Disposición incluida en la: Ruta para la atención y protección integral de niñas y adolescentes madres y/o embarazadas, que elaboró la Secretaría de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres. Recordemos que en 2023 se registraron en Jalisco 12 mil 122 embarazos de adolescentes y 327 de niñas.
Las estadísticas señalan que la tasa específica de fecundidad de adolescentes de México (TEFA) de 2015 a 2023 descendió un 16.7 % al solo registrar 72.4 nacimientos (por cada mil adolescentes de 15 a 19 años), según datos de Conapo. Y en 2023, las entidades con las mayores TEFA fueron Chiapas (81.7), Tlaxcala (69.6) y Zacatecas (68.8). Mientras que Puebla registró en 2015 un 80.3, y este 2023 solo 68.2.
No es raro ver en la calle a adolescentes
Aún en la actualidad las niñas dejan las aulas para ser madres
embarazadas. Algunas de las causas son: violencia sexual, matrimonio infantil y uniones tempranas así como el ejercicio no planificado de la sexualidad.
Pero todas éstas tienen raíces más fuertes, como la desigualdad económica, de género y edad, así como la cultura adultocéntrica, las leyes ambiguas y la impunidad.
La educación sexual debe reforzarse con la perspectiva de género transversal, olvidemos los prejuicios y hablemos de sexo, pues la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica de 2018 reveló que solo 76.1 por ciento de las adolescentes de 15 a 19 años sabían usar correctamente el condón y en Puebla en 2023 solo 76.6.
Todavía hoy las niñas dejan las aulas para ser madres, pues no cuentan con la madurez intelectual ni emocional. Sería bueno ver a las chicas en la universidad y no realizando labores domésticas y de servicio, limitando sus posibilidades de independencia económica.