“Cero impunidad es el reto anticorrupción”: Peschard
Ve riesgo en contratos de entidades y beneficiarios de programas
La presidenta del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), Jacqueline Peschard, advirtió que el principal reto de ese mecanismo es acreditar que en materia de corrupción no habrá impunidad y, de manera simultánea, desmontar los incentivos y “elementos de permisibilidad” de esa práctica.
En conversación con el director general editorial de MILENIO, Carlos Marín, en El asalto a la razón, Peschard puntualizó: “Esto no es de la noche a la mañana, pero lo que sí podemos es ir edificando un sistema, mandando la señal de que no hay impunidad, de que no solamente se castiga, sino se corrigen los mecanismos que incentivan la corrupción, y es que la corrupción tiene elementos de permisibilidad y hay que desmontarlos”.
Subrayó que el “edificio” del sistema anticorrupción tiene sus cimientos en la reforma y las siete leyes que le dieron origen, aunque aún falta que la mitad de las 32 entidades homologuen sus constituciones e instalen también sus comités ciudadanos.
Reconoció como otro de los grandes desafíos es romper las inercias y “rutinas burocráticas”, a fin de que las instituciones involucradas cumplan a cabalidad sus nuevas obligaciones.
Recordó que la idea original del sistema previó el fortalecimiento de la Secretaría de la Función Pública y de la Auditoría Superior de la Federación, así como la creación de la fiscalía anticorrupción y la especialización del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, además de considerar la participación del INAI y el Consejo de la Judicatura. —Imagínense ustedes el reto del sistema anticorrupción y del Comité de Participación Ciudadana, donde el contexto es un índice de impunidad de 98 por ciento en lo que tiene que ver con delitos en el país. —El modelo es de un sistema anticorrupción, la idea fue no dejar el combate a la corrupción en una sola entidad, porque si no, alguien la puede capturar; hay que dejarla en distintas piezas y hacer que se coordinen. Una vez que tú logras eso, el asunto es que puedas ir reduciendo la impunidad, que se castigue. —En este afán se han ido dos sexenios, ¿va para largo, no? —Esto no es de la noche a la mañana, pero lo que sí podemos es ir edificando un sistema, ir mandando la señal de que no hay impunidad, de que no solamente se castiga, se corrigen los mecanismos que incentivan la corrupción, y es que la corrupción tiene elementos de permisibilidad y hay que desmontarlos. —Y hay también una especie de condición sistémica, ¿no?, como que todo está hecho, si no para que haya corrupción, todo está hecho para no combatirla adecuadamente... —Hay elementos que alientan la corrupción; como no hay castigo, como no hay consecuencias, como alguien que desvía un recurso público o que beneficia, es fácil porque nadie lo castiga, y si no lo castigas lo estás haciendo viable.
Refirió asimismo a las áreas de riesgo respecto a la corrupción en los contratos entre entidades públicas, así como los relacionados con proyectos de infraestructura y los padrones de beneficiarios de programas de diversas dependencias. “La Auditoría ha señalado que ese es uno de los grandes riesgos, como lo son los contratos que se hacen para infraestructura, y la otra es todos los recursos que van para padrones de beneficiarios; estos tres les llaman asuntos de riesgo por donde se cuela la corrupción”, advirtió.
Afirmó que en el cumplimiento de sus responsabilidades mantendrá una conexión permanente con las ONG que diseñaron el sistema, como la Red por la Rendición de Cuentas, Transparencia Mexicana, México Evalúa y el Instituto Mexicano de Competitividad, así como el CIDE y la UNAM.