Milenio Tamaulipas

El padre de la

Autoridad municipal de Tampico, Magda Peraza también fue maestro y político; fungiendo como secretario del Ayuntamien­to en Altamira y González

- Magdalena Peraza

La alcaldesa Magdalena Peraza Guerra, nos platica que su padre fue una persona con la que se siente muy identifica­da, pues compartier­on el gusto por la política y el ser maestros, además que de él recibió los mejores ejemplos de cómo ser una buena persona, un buen ser humano. Y es que valores como responsabi­lidad y el esfuerzo, los aprendió diariament­e con el ejemplo del profesor Priscilian­o Peraza Segovia, pues siempre le decía que para poder caminar con la frente en alto, se necesitaba ser honesto.

“Yo recuerdo siempre algo que él me decía, cuando yo le preguntaba, por qué otros tienen y tú que trabajas tanto no tenemos lo que otros tienen. Y me decía, porque yo soy

ALCALDESA DE TAMPICO

honesto y no tengo que agachar la cabeza ante nadie, porque nadie me puede reprochar que haya hecho algo malo”, recordó.

Esas vivencias, indica las lleva grabadas siempre, todos los días, ya que su infancia fue una etapa muy feliz, pues la vivió en un rancho llamado “Tres Marías”, que se encuentra a las afueras de Altamira, ahí su padre era maestro de la escuela, aunque más tarde dejó la profesión debido al poco recurso que ganaba y tenía una responsabi­lidad muy grande, “su familia”, por lo que después se dedicó a la siembra.

“Después que mi padre dejó el magisterio porque decía que ganaba muy poco y que no le alcanzaba para mantenerno­s, empezó a sembrar, era agricultor, sembraba chile, frijol, tomate, maíz, cebolla, algodón”, indicó.

Comenta que en el lugar donde vivían era un rancho donde no había servicios, agua y luz, sobre la carretera Tampico-Mante, y en la noche se sentaban a la orilla de esa carretera rodeándolo a él, y era ahí donde empezaba a dar la clase de la galaxia, las estrellas y la luna, “eso nunca se olvida, son recuerdos que siempre estarán presentes en mi mente y que me hacen recordarlo”.

Refiere que su padre era una persona muy cariñosa, pues jamás siquiera le jaló una oreja o el cabello, “era un papá cariñoso que siempre tenía el consejo adecuado; cuando crecimos y vas teniendo problemas, él estaba ahí para dar el más sabio y desinteres­ado consejo”.

Don Priscilian­o Peraza, falleció hace 32 años y mantiene ese recuerdo como si fuera ayer, son ausencias que nunca se borran, porque a pesar de los años, enfatiza, lo extraña.

Peraza Guerra, menciona que su papá y mamá se encuentran en la misma tumba y aunque ella le sobrevivió a él 23 años más, todos los domingo asiste a su tumba para llevar flores y aprovecha para platicar con ellos, “les pido que me ayuden, iluminen y cuiden”.

Dentro de los trabajos que desempeñó fue secretario en el exPenal de Andonegui, trabajó en el Hogar Eléctrico, también fue Secretario de los Ayuntamien­tos de Altamira y González, y en sus últimos años, ayudó a dos de sus hijos con la contabilid­ad de un negocio que ambos crearon.

El recuerdo de su papá la alienta a hacer su mejor esfuerzo como presidenta municipal de Tampico, cada día con el mayor empeño, para responder así a todas sus enseñanzas de vida y los valores que le inculcó desde niña.

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