Mexicanos crean material que regenera los huesos
El prototipo comienza a partir de un modelo matemático que explica cómo las células actúan para crear tejido óseo; el costo se reduce hasta 60%
Tres estudiantes mexicanos crearon un material sintético capaz de regenerar huesos a partir de un modelo matemático que explica cómo las células actúan para reproducir tejido óseo. Y todo mediante una impresora 3D.
El prototipo “consiste en generar estructuras conocidas como andamios: casas para células que sirven como soporte para que puedan construir hueso dentro de las mismas”, señaló Irving Fernández Cervantes, uno de los miembros del equipo.
Una impresora 3D se encarga de dar forma a estas estructu- ras. Mediante una cirugía se implantan en la parte de hueso dañado y en 28 días el material es reabsorbido por el cuerpo y el hueso queda regenerado. “La genialidad es que este material está diseñado a partir de un modelo matemático que explica cómo se regenera el hueso”, dijo Fernández, del Centro de Investigación Científica de Yucatán.
Eso permite realizar los procesos de generación de material en masa, reduciendo los costos hasta en 60 por ciento. El material ha sido probado con éxito en roedores, demostrando ser compatible con el tejido vivo.
El alcance de este proyecto vendría a revolucionar el modo en que actualmente se tratan las fracturas, indicó Brenda Lizbeth Arroyo Reyes, egresada de la Licenciatura en Biología en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla e integrante del equipo de trabajo.
Según Arroyo, este método podrá ser usado “si hay algún tipo de fractura donde el hueso se ve comprometido, en lugar de ser sustituido por algún tipo de metal, que a los dos años ya no sirve o se oxidó: “Este material ayuda a reconstruir el daño. En lugar de tener un implante tendrás tu propio hueso”, abundó.
El proyecto, titulado Procesamiento de biomateriales compositos con morfología de tejido óseo por medio de impresión 3D, ha sido reconocido por la Academia de Ingeniería de México y la Fundación UNAM con el Premio Javier Barros Sierra 2017.
Este galardón tiene el objetivo de apoyar a estudiantes a que pongan en marcha propuestas de solución a asuntos de la realidad.
La tercera integrante del equipo ganador es Patricia Victoria Pérez Luna, de la carrera de Ingeniería de Materiales, también de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Después de tres años de trabajo, los estudiantes buscan la certificación por parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios para seguir su investigación con animales de talla más grande hasta finalmente poder aplicarlo en humanos.
FaceControl del IPN
Alumnos del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (Cecyt) 12 José María Morelos del Instituto Politécnico Nacional (IPN), desarrollaron una diadema electrónica capaz de manipular electrodomésticos y electrónicos mediante gesticulaciones faciales.
El FaceControl dará mayor independencia a personas que padecen discapacidad motriz severa. Cuenta con seis sensores que funcionan de manera alámbrica e inalámbrica, y al interpretar una señal de radiofrecuencia, activan funciones básicas como encendido, apagado, cambio de canal, frecuencia y volumen de televisores, radios, ventiladores, calefactores, lámparas y luces, e incluso mover una silla de ruedas electrónica.
En un comunicado, el IPN informó que los sensores quedan ubicados en la frente, los pómulos, las mejillas y la boca del usuario, quien frunce el ceño, cierra un ojo, mueve la mejilla o el labio inferior para efectuar una función en algún aparato.
Los estudiantes Vianey Alonso García, José Axel Díaz González, Daniela Lisset Pérez Aranda, Gema Nohemí Franco Martínez, Perla Aceneth Chávez Barbosa y Mitzi Rodríguez Orozco desarrollaron FaceControl para adaptarlo también a celulares de cualquier compañía.
Los usuarios también podrán marcar a cinco números telefónicos para pedir auxilio.
Aseguran que el dispositivo se puede adaptar a 85 por ciento de los aparatos electrodomésticos y electrónicos, y podrá funcionar en hospitales que utilicen camas electrónicas o en un pabellón de pacientes con distrofia muscular para que activen una alarma, en virtud de que la señal traspasa las paredes en un radio de 30 a 60 metros cuadrados.