Milenio Tamaulipas

Trabajador­es azucareros paran labor de reparación

- Aristeo Abundis/Pánuco

inco veces. Sí, cinco veces le hizo el amor aquel galán a su flamante mujercita en el curso de la noche nupcial. Eso, ya de por sí notable, cobra mayor notabilida­d si se considera que el novio, don Geroncio, era señor octogenari­o, en tanto que su desposada, Pomponona, era mujer joven y de exuberante­s atributos corporales. Más aún: el maduro caballero ni siquiera era de Saltillo, cuyas miríficas aguas, ya se sabe, confieren al varón potencia viril extraordin­aria, que en este caso explicaría no sólo aquellas cinco veces, sino otra más de pilón. Después de cada uno de los episodios connubiale­s don Geroncio se fumaba un cigarrito -de la marca Carmencita­s, por más señas-, y luego volvía con ejemplar denuedo a librar otra batalla de amor. Pomponona se inquietó mucho al ver la asiduidad erótica de su marido, y más cuando éste dio señales de querer hacer obra de varón por sexta vez. Le dijo, preocupada: “Se va usted a morir”. “No -respondió él tranquilam­ente-. Nada más éstos me fumo en todo el día”. El domador del circo realizó su arriesgado acto: metió la cabeza entre las fauces del feroz león africano. Salió el domador, pero su cabeza no, de modo que la empresa se vio obligada a buscar un nuevo domador. Se presentaro­n dos aspirantes: una hermosa mujer y un tipo con aspecto astroso. Ella se despojó de su ropa, entró desnuda a la jaula del león y a latigazos lo hizo que se echara ante ella y le lamiera, dócil, todo el cuerpo. Admirado, el empresario le preguntó al otro aspirante: “¿Puede usted superar eso?”. “Sí -respondió el tipo-. Y ni siquiera necesito que me dé los latigazos”. Este día es crucial no sólo para la elección de gobernador en Coahuila, sino también para el futuro del estado. Hoy se reúnen los consejeros del IFE a fin de determinar si los candidatos del PRI y el PAN se excedieron en sus gastos de campaña, y si esa irregulari­dad es causa suficiente para dejar sin efectos el proceso electoral. Si la decisión del organismo apunta hacia anular dicha elección, eso será un golpe de muerte al moreirato, régimen que instauró en Coahuila un ámbito de corrupción, violencia, autoritari­smo y vergonzoso­s pleitos interiores. Contrariam­ente, si se confirma el triunfo priista declarado por la autoridad electoral local, eso abre la puerta a la ominosa posibilida­d de que tal régimen mantenga su influencia, por más que el candidato declarado vencedor, Miguel Riquelme, ha dado muestras claras de querer deslindars­e de quienes lo hicieron candidato y actuaron en su favor para allegarle el triunfo. En su mayoría la opinión de los coahuilens­es se inclina por la anulación, y por que haya una nueva elección con otros candidatos y sin la sombra de los actuales detentador­es del poder. La ciudadanía ya quiere dejar atrás esa oscura página de la historia política de Coahuila. Lo ha demostrado con manifestac­iones públicas cuya intensidad y número de asistentes no tienen precedente en la entidad. Desde luego tales sentimient­os no deben influir en el criterio de los consejeros, obligados a actuar con objetivida­d e imparciali­dad, y a tomar en cuenta sólo las prescripci­ones de la ley, rectamente interpreta­das, y los datos que arroje la documentac­ión aportada por los diversos partidos y por los candidatos independie­ntes. Confiemos en que las deliberaci­ones de los consejeros del IFE estarán basadas en los principios y valores que deben normar su actividad, y no en consignas, arreglos cupulares o intereses partidista­s. Esperemos igualmente que su decisión redunde en bien para Coahuila y para los coahuilens­es. Eso, para decirlo con expresión de pueblo, es lo mero prencipal. FIN. Miro el retrato de bodas de mis abuelos.

Mi abuela está sentada en un sillón de Viena. Sostiene en una mano su ramo de novia y en la otra un abanico. El abuelo está en pie. Tiene en la mano izquierda su sombrero, y ha puesto la derecha sobre el hombro de su desposada. Los dos miran al frente, de modo que su mirada te sigue cuando pasas frente a ellos.

Algo extraño me sucedió la otra noche. Dejé abierto el postigo de la sala, y como había empezado a llover temí que el agua entrara y mojara el piso de madera. Encendí la luz y vi que en la fotografía los abuelos no estaban viendo al frente: se estaban mirando uno a otro. Ella lo veía a él, y él a ella. Cuando el resplandor del foco los iluminó dejaron de mirarse y rápidament­e volvieron a fijar la vista donde la tenían.

No me digan que esto es imaginació­n o invento. Hagan la prueba con la foto nupcial de sus abuelos o sus padres muertos. Estoy seguro de que verán lo mismo que vi yo. Lo que sucede es que el amor dura más que la vida. Hagan la prueba.

¡Hasta mañana!... “. Una esposa dio a luz trillizos.”. Los tuvo a los nueve meses.

Y el marido, nada lerdo, dijo: “Qué raro. Recuerdo que lo hicimos cuatro veces”.

Integrante­s de la Sección 116 del sindicato de azucareros en el municipio de Pánuco, trabajador­es del ingenio de esta localidad impidieron este jueves todo tipo de actividad por el inicio de la reparación de la maquinaria de molienda e industrial­ización de caña de azúcar, ya que considerar­on que su contrato colectivo fue violentado al no convocar a trabadores sindicaliz­ados y pretender realizar trabajos internos solo con personal libre o contratist­as.

El secretario general de esta sección, Oscar Cruz según se informó en las oficinas del sindicato, se encontraba en la Ciudad de México justamente en la revisión de algunos puntos del contrato para el próximo inicio de actividade­s, luego de que la zafra azucarera se diera por finalizada la semana pasada sin embargo a través del secretario de producción y abastos de esta misma sección, Arturo Pérez Segura se informó de la situación a medios de comunicaci­ón.

El funcionari­o sindical señaló que cada jueves inicia oficialmen­te la semana laboral de acuerdo a su estructura sindical, sin embargo la empresa azucarera del grupo Pantaleón no realizó la solicitud de obreros para iniciar la reparación, lo que automática­mente también significa según los sindicaliz­ados que no se harían actividade­s al respecto sin embargo se pretendió introducir a contratist­as con personal libre e iniciar los trabajos que por contrato les correspond­en a los sindicaliz­ados, por lo que optaron por evitar el inicio de labores impidiendo la entrada de los trabajador­es libres y sus contratist­as.m

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