Narcos pero onda Tom Cruise
Nuevamente nos encontramos ante la discusión cada vez que sale una serie, telenovela o película que narra la historia de algún narcotraficante. Muchos se molestan porque aseguran que todas son una apología a semejante actividad criminal. Muchos decimos que va caso por caso, pero de que hay una enorme demanda respecto a esta temática, eso nadie lo puede negar.
Es cierto, el narcotraficante es el antihéroe moderno por excelencia y eso es un tema profundamente perturbador. Pero difícilmente creo que esa sea la intención de quienes hacen la mayoría de estas producciones. En el caso de American Made o Barry Seal: Solo en América, no cabe la menor duda que se genera empatía por el héroe/villano. Pero su historia es tan complicada, tan inaudita y tan de la vida real que sin la menor duda sería un ejemplo prácticamente imposible de imitar. Ahí radica gran parte de lo fascinante de esta cinta.
Imaginen a Tom Cruise como un piloto muy aburrido de la TWA a principios de los años ochenta. Ese era Barry Seal en la vida real. Debido a su un tanto inquieta actitud la CIA lo ficha para hacer espionaje en Sudamérica y acaba trabajando para Pablo Escobar. No les contaré más, aunque la historia es bastante conocida e incluso la serie Narcos presentó a este personaje (una visión muy distinta al de Cruise) en la primera temporada de la serie.
Pero lo que esta cinta hace magistralmente es incorporar la narrativa con lo que estaba ocurriendo a nivel sociopolítico y explicarnos, mientras logra un suspenso y tensión que solo películas como Buenos muchachos ha superado. Es tan absurdo todo que solo saber que es una historia de la vida real nos permite gozar tanto el ritmo, el sentido del humor que se sustenta mucho con una muy original edición y sobre todo la actuación de Cruise.
Barry Seal es de lo más divertido que he visto en mucho tiempo y considerando que esa no era la intención original de la narrativa pero que no interfiere con ella tampoco, me parece algo extraordina- riamente atinado. También es destacable que aquí él logra un personaje que en ocasiones hasta logra que se nos olvide que es Tom Cruise. Eso pasó en tiempos lejanos, como cuando hacía Nacido el 4 de Julio o incluso Colateral. Claro, cuando mejor lo ha logrado (y vaya que nos hizo reír) fue en Tropic Thunder (Una guerra de película) interpretando al gordo, agresivo y calvo agente Les Grossman. Pero aquí es otra cosa.
Creo que ya quedó claro que me gustó la cinta. En México competirá en su estreno contra Eso de Stephen King y no es cualquier cosa. Pero yo, sin la menor duda y aunque goce mucho la película, siento más miedo por lo que Barry Seal me cuenta que por cualquier cosa que pueda hacer Pennywise. Al fin de cuentas, el verdadero terror estos días viene de que personajes como él hicieron posible la actualidad donde la guerra del narco.
¿En serio?
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