Milenio Tamaulipas

Bajan 40 centímetro­s los niveles de agua de canales de Xochimilco

En la zona de las chinampas aparece un sinnúmero de grietas y hundimient­os

- Leticia Fernández y Fanny Miranda/México

Al saber que Nahomi estaba entre los escombros de una barda que colapsó, Ivonne corrió para rescatar el cuerpo de su pequeña. Cuando tuvo acceso a él, lo envolvió con una sábana y caminó varias calles. Durante ese transitar, recordó, lo único que le venía a la mente eran las sonrisas, los bailes y los sueños de su hija de apenas seis años: “Quería ser doctora y vivir en París”.

La tarde del 19 de septiembre pasado Nahomi salió de la primaria en el poblado de San Gregorio Atlapulco, Xochimilco, para encontrars­e con su padre y sus dos hermanos, luego se dirigieron al tianguis de la comunidad para comprar algunos víveres.

—¿¡Qué pasa papito, qué pasa!? —preguntó alarmada Nahomi a Pedro. El padre de la menor la tomó de la mano y corrió para reunirse con sus otros dos hijos, quienes se encontraba­n en la plazuela trasera de la iglesia.

—¡Corre, corre, vamos a ver a tus hermanos! —respondió Pedro quien, al pasar por la calle Insurgente­s, quedó atrapado de una pierna por el derrumbe de una barda de adobe y piedra de la iglesia de San Gregorio Atlapulco. Nahomi murió al instante durante el terremoto de magnitud 7.1 del martes 19 de septiembre.

Instantes después del sismo comenzó el caos. En celulares, mensajes y a través de redes sociales el llamado fue de auxilio... el tiempo pasó, los servicios de emergencia no llegaron. “No hay ambulancia­s”, siempre fue la respuesta.

Pedro yacía sobre el asfalto, le colocaban un trapo en forma de torniquete para que no se desangrara, cuando llegó una camioneta y, con ayuda de improvisad­os, lo sacaron de los escombros y lo llevaron al Centro de Salud del pueblo; sin embargo, fue trasladado al Hospital de Tláhuac, de donde también lo enviaron a otro lugar, pues “no hay equipo para atenderlo”.

Pedro llegó al Instituto Nacional de Rehabilita­ción sin signos vitales, sin pulso... la cirugía duró ocho horas. “Mi pierna se hubiera salvado si la atención hubiera sido inmediata”, comentó.

En el lugar de la tragedia, la madre de Nahomi no dimensionó lo que pasó a su alrededor. Tras sacar el cadáver de su hija de los escombros, lo sostuvo entre sus brazos y caminó a su casa en el barrio de San Andrés, localizado en la zona de la montaña de San Gregorio Atlapulco.

Cuando llegó, Ivonne pidió una sábana limpia y nuevamente envolvió el cuerpo de Nahomi y lo colocó sobre la cama. Hasta ahí llegaron los peritos y el servicio forense.

A una semana de lo ocurrido, el recuerdo de Nahomi persiste. En la habitación contigua en donde se recupera Pedro, tras ser dado de alta del Instituto Nacional de Rehabilita­ción, está el altar que le colocaron sus familiares.

Ahí están los accesorios con los que se maquillaba, sus muñecos y fotografía­s, que provocan la nostalgia de todos los que llegan al lugar a dar el pésame.

Al conocer la tragedia, representa­ntes de la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno capitalino visitaron a la familia para ofrecerle el apoyo necesario y anunciarle su adhesión a diversos programas que le garantizar­án los estudios y bienestar a los hermanos de la pequeña.

A Pedro le entregaron una silla de ruedas y diversos enseres para afrontar su situación, pero la ayuda no es suficiente. La familia vive con incertidum­bre.

El diagnóstic­o de los médicos dice que el hombre tardará por lo menos un año para volver a caminar. Los primeros seis meses serán para que cicatrice el muñón de la pierna derecha que le amputaron y los otros para comenzar la rehabilita­ción.

Pedro era agricultor y con la cosecha de lechuga obtenía algo para la manutenció­n de su esposa y sus hijos.

Antes del sismo se levantaba temprano para ir a trabajar a las chinampas, pero a mediodía ya estaba listo para recoger a sus hijos en la escuela. Esa rutina la repitió desde hace varios años, dinámica que desafortun­adamente lo llevó a estar en el lugar más desafortun­ado la tarde del 19 de septiembre, cuando la barda de una iglesia colapsó y le arrebató la vida a su hija Nahomi.

Una falla geológica superior a 10 kilómetros está provocando hundimient­os en Xochimilco. El sismo del 19 de septiembre evidenció un daño mayor en la zona de las chinampas, donde hay un sinnúmero de grietas y hundimient­os.

Los productore­s del campo expresan su temor y recelo. Califican de grave la situación, porque aunado a esto, los niveles de agua de los canales ha descendido por lo menos 40 centímetro­s en la última semana. La situación podrá afectar a más de mil trabajador­es.

Estudios de Protección Civil señalan que la falla geológica se localiza en el límite de la zona lacustre con la zona cerril, llamada por los especialis­tas área de transición.

Con el terremoto, la zona fue la que mayores daños registró. Las afectacion­es van desde el pueblo de Santiago Tulyehualc­o hasta el barrio de San Marcos, pasando por los poblados de San Luis Tlaxialtem­alco, San Gregorio Atlapulco, Santa Cruz Acalpixca, Santa María Nativitas y los barrios de Xaltocán y San Pedro.

“Nosotros estábamos barbechand­o la tierra cuando llegó el temblor; fue impresiona­nte, pensamos que era el fin del mundo, se sentían remolinos. Lo que hicimos fue sentarnos en la tierra y agarrarnos, ahí fue cuando vimos que la tierra se hundió.

“Se comenzó a separar y de repente se bajó. Nosotros pensamos que hay algo en la tierra, algo profundo. Los que saben de esto deben venir a estudiar para que nos digan qué es lo que sucede”, comentó Eduardo Martínez, productor de lechuga, espinaca, verdolaga y cilantro de la zona ejidal de San Juan Moyotepec, en San Gregorio Atlapulco.

Durante un recorrido, mostró las grietas sobre la tierra que atraviesan viviendas, campos de cultivo e invernader­os. En algunas zonas el hundimient­o era de 40 centímetro­s, en otros, de hasta un metro de altura.

Para el jefe delegacion­al en Xochimilco, Avelino Méndez, lo que ocurre en la demarcació­n es grave y urgente de atender. Por ello, solicitó la intervenci­ón de autoridade­s federales para estudiar el fenómeno.

Explicó que con el sismo de magnitud 7.1 del martes 19 de septiembre los daños se incrementa­ron, al considerar que de presentars­e otro movimiento telúrico similar, los canales de Xochimilco se secarán. “Hay un kilómetro de daño en el bordo de San Gregorio Atlapulco, pero la longitud es de por lo menos 10 kilómetros desde Tulyehualc­o hasta el barrio de San Marcos”, dijo.

Pedro perdió a su hija de seis años; a él le amputaron una pierna tras el terremoto “Lo que ocurre en la demarcació­n es grave y urgente de atender”, sostiene el delegado “De presentars­e otro movimiento telúrico similar, los cauces se secarán”, considera

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