En menos de un
Año su familia ha perdido su patrimonio dos veces; en la primera, el gobierno lo hizo esperar tres meses y hacer fila 8 horas para un apoyo de 930 pesos
Las lluvias atípicas que se registraron en la zona sur de Tamaulipas durante el mes de noviembre del 2016, inundaron la casa de Gregorio Méndez Hernández, perdiendo la mayoría de sus muebles, por lo que tuvieron que empezar de nuevo para poderse hacer de sus cosas otra vez, lamentablemente, las lluvias presentadas el primero de octubre, volvieron a afectarlos.
Con un nudo en la garganta y al borde de las lágrimas, Gregorio, cuenta lo que pasó la primera vez que su casa sufrió inundaciones, fue en la colonia La Pedrera del municipio de Altamira, en donde la mayoría de sus muebles fueron perdidos.
“En noviembre, fue alrededor de 40 centímetros lo que creció el nivel del agua, cuando me dí cuenta, ya el agua había entrado, pero no me dió tiempo de sacar todas mis cosas, el refri, la estufa, la lavadora, el coche, gracias a Dios en esa ocasión la sala y el comedor quedaron bien”, expresó.
Refiere que fue un momento difícil para él y su esposa, pues con mucho esfuerzo habían amueblado su casa, sin embargo, las inclemencias del tiempo, provocaron que tuvieran que volver a invertir para poder recuperar sus muebles.
Señala que en esa ocasión, el único apoyo que recibieron por parte de las autoridades fue colcho- netas, despensas, y hasta el mes de febrero del 2017, recibieron un apoyo económico de $930 pesos.
“Nos tocaron dos colchonetas, despensas, hubo fumigación y la limpieza de los terrenos. En febrero de este año, nos llegaron 930 pesos, pero para esto, citaron a las 8 de la mañana y terminaron entregando el apoyo hasta las 4 de la tarde, más que apoyo, fue “una mentada”, con eso no podemos salvar todo lo que perdimos. Gracias a Dios en esa ocasión yo estaba trabajando, y en diciembre llegó el aguinaldo, el fondo de ahorro y pude comprar de nuevo mis cosas”, expuso.
Para Gregorio, la experiencia de la inundación no quedó ahí, pues el pasado uno de octubre, su casa se volvió a inundar, y en esta ocasión perdieron todo, muebles, ropa y zapatos; de nuevo, el agua les arrebató lo que con esfuerzo habían vuelto a comprar.
“Lamentablemente en las lluvias del primero de octubre, volvimos a perder todas nuestras cosas, esta inundación fue peor, porque en base a la experiencia anterior, subimos las cosas a un punto alto, sin embargo, no fue suficiente, llegó prácticamente al metro del agua, nos quedamos sin nada, se perdieron ropa, zapatos, enseres, muebles, cama, mesa, sala, estufa, refri, plásticos, todo, perdimos todo”, explicó.
Sus amigos les han regalado ropa, zapatos, les prestaron un techo donde vivir, han recibido apoyo económico por parte de sus amistades y familiares, y poco a poco intentan salir adelante, aunque saben que esta vez será más difícil, pues actualmente, no tiene un trabajo fijo, le será más complicado comprar de nuevo sus cosas, y tienen miedo de regresar a su casa, y que vuelvan a sufrir una tercera inundación.
“Gracias a Dios, amigos de la secundaria nos están apoyando, dándonos ropa y zapatos, ellos nos están ayudando a salir de este trago amargo, varios amigos nos depositaron dinero para poder solventar los gastos. En la pasada inundación perdimos más de 150 mil pesos, más lo que perdimos ahora en octubre, perdimos todo”, concluyó.
“Fue una mentada, con eso no podemos salvar todo lo que perdimos”, dice el afectado Apenas se habían vuelto a hacer de sus muebles, cuando sobrevino una inundación peor