Los damnificados del edificio
Que colapsó se quejan de que las labores de atención pasaron a segundo plano, porque no hubo muertos ni heridos
El temor, la desesperación, la insertidumbre y la desorganización permearon el ambiente en Ciudad de México el pasado 19 de septiembre. En los sitios más afectados por el sismo de magnitud 7.1 se combinó la tragedia con la lenta respuesta de las autoridades para auxiliar a la población.
Uno de esos casos se registró en el número 10 de Coahuila, en la delegación Cuauhtémoc, donde bastaron unos segundos, luego de que comenzara el sismo, para que el inmueble de tres pisos colapsara con sus habitantes dentro.
Sin embargo, las labores de atención pasaron a segundo plano, porque no se reportaron muertos ni heridos. Los pocos que quedaron atrapados lograron salir de pie y con lesiones leves.
Desde ese día, las autoridades ha enfocado sus esfuerzos en las zonas donde hubo víctimas, mientras los vecinos Coahuila 10 lloran frente a los escombros de su hogar.
Javier Morales, uno de los damnificados del lugar, acusa a las autoridades de obstaculizar en vez de orientar y apoyar.
“Nos piden, pero nos cuestionan los documentos. Estaban ahí señorita, cómo los sacaba si no me dejaron entrar”, comentó desesperado, pues ha permanecido días en la calle, frente a su edificio, en espera de una respuesta.
En la delegación Cuauhtémoc y en la Oficialía Mayor ni siquiera pudieron encontrar la ficha catastral con los datos del inmueble, de donde solo quedan las puertas de acceso al estacionamiento.
El resto del edificio de más de 40 años de antigüedad desapareció, luego de las labores de demolición que duraron un par de días. “Personal de Protección Civil y un ingeniero que se presentó como DRO nos dijo que nuestro edificio no tenía daños en los cimientos, que solo era necesario apuntalarlo, luego de que el de Coahuila 10 se recargara y antes de que lo derrumbaran por completo”, contó Guadalupe, una empleada de Macael Diseñadores, donde elaboran uniformes médicos.
No obstante, ahora les informaron que el inmueble también será demolido.
En un principio, las autoridades tapiaron la zona, pero una semana después abandonaron el lugar. Una vecina reportó durante la madrugada que estaban saqueando algunos de los edificios evacuados.
Los dueños de los inmuebles tuvieron que colocar cadenas y candados para resguardar las pocas pertenencias que les quedaron y esperar a que comience la investigación, que indicará si los edificios también se tiran. El día del colapso, parte de edificio de Coahuila 10 cayó sobre el estacionamiento del negocio de uniformes, lugar desde donde se observan con mayor detalle los daños de los inmuebles aledaños.
Las empleadas del local hacen guardia en la zona a la espera de que las autoridades acudan a darles una respuesta, pues aseguran que en la delegación no los atienden y que en Protección Civil no les dieron fecha para que vayan hacer las evaluaciones. “Nos pidieron estar alertas”.