Francisco, de visita en Birmania
Acogido por miles de birmanos, el papa Francisco comenzó una visita particularmente delicada en Rangún, iniciada por un encuentro con el jefe del ejército birmano, acusado de llevar a cabo una “limpieza étnica” de la minoría musulmana rohinyá.
El general Min Aung Hlaing mantuvo la primera audiencia con el papa a última hora de la tarde de ayer en su residencia, un agregado de última hora a su agenda que permitió al poderoso jefe del ejército posicionarse como interlocutor antes del encuentro este martes con la líder civil y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi.
“No hay en absoluto discriminación religiosa en Birmania”, dijo el militar al pontífice, según un mensaje divulgado por su oficina en Facebook.
La reputación de Aung San Suu Kyi a nivel internacional quedó empañada por la falta de empatía mostrada hacia los rohinyás, unos 620 milde los cuales huyeron desde fines de agosto al vecino Bangladés para escapar a una dura campaña de represión que Naciones Unidas calificó de “limpieza étnica”.
La reunión entre el papa y el general, “de cortesía” según el Vaticano, y duró 15 minutos. “Hablaron de la gran responsabilidad de las autoridades del país en este periodo de transición”, comentó prudentemente la Santa Sede.