El zavalismo-calderonismo y Pepe Meade
Le preguntó René Delgado a Margarita Zavala: “¿No complica sus posibilidades la candidatura de Meade?”.
“No —contestó Zavala— porque es del PRI. El dice que lo hagan suyo, pero es de ellos. Representa todo contra lo que he luchado”.
Insistió René: “Él colaboró con Calderón, con Peña Nieto y, además de buscar el voto de panistas, le puede quitar votos”.
“Para mí es un priista”, respondió con dureza Margarita.
Creo que el breve diálogo revela que de alguna manera René tenía razón y que Margarita lo sabe.
Mucho se ha hablado de cómo afecta a Ricardo Anaya la candidatura de Margarita. Creo que ahora Margarita tiene su propio problema y es la candidatura Meade. Y por eso le urge distanciarse.
Me explico: Javier Lozano ya dijo que él votará por Meade. Ernesto Cordero y Roberto Gil han dicho que votarían por Margarita, pero todos sabemos por quién votarán si no está en la boleta Zavala. Vega Casillas no ha dicho mucho, pero por ahí andará. Si sumamos a Alejandra Sota, que ya trabaja con Meade, Daniel Karam, quien no puede contener su emoción o Alejandro Poiré, que se ha deshecho en elogios; pues es cosa de días para que todo el gabinete de Calderón se declare por el candidato priista, alegando, además, que Meade no es taaan priista como parece; que en realidad es como un calderonista infiltrado que no se manchó en ese pantano.
Imagínese entonces a un ciudadano frente a la urna. Uno al que el zavalismocalderonismo lo ha convencido de que Anaya es el diablo y López Obrador, un peligro para México; que quisiera votar por Margarita, entre otras cosas, porque no le pareció mal el sexenio de su esposo, y ya dijo Margarita que tener a Felipe es una fortaleza; pero nuestro votante imaginario sabe, ni modo, que está imposible que gane desde la independencia. ¿Voto útil? Pues por Meade, convenciéndose de que está votando por el zavalismo-calderonismo, y no tanto por el peñismo.
Imagínese a alguno de los gobernadores panistas, amigos del zavalismo-calderonismo leyendo las encuestas y decidiendo a quién venderle su maquinaria de votos para obtener su máximo beneficio.
Por eso es que Margarita está urgida de pintar de rojo a Meade, hacerlo hoy el representante de “todo contra lo que ella ha luchado”, porque los electores podrían pensar y no estarían muy equivocados, que ya hay un candidato que representa a su grupo político y tiene asegurado un lugar competitivo en la boleta bajo el logotipo del PRI.
Paradojas de la independencia.