Milenio Tamaulipas

Caerá en manos del Estado

-

Deseas ganarte la Lotería, sin comprar billete. Pensaste hace 10 años que los bonos petroleros anunciados por el gobierno serían una realidad y reunirías todos tus ahorros para ser parte de la elite, aunque ahora sabemos que nunca saldrían a la venta. Y sin querer, en muchas ocasiones, cuando el dólar está por las nubes haces cuentas, que solo en cálculos se quedan, para comprar algunos y aprovechar el momento volátil.

Pues bien, ahora vivimos uno de esos tantos momentos que nos permiten hacer planes sobre la especulaci­ón y las burbujas que se crean alrededor de un nuevo invento financiero, las monedas virtuales; qué tal el bitcoin… que en octubre se cotizaba en 5 mil dólares y al cierre de la semana llegó a 18 mil, casi triplicó su valor en unos días, en unas horas, en segundos… Y sí, ya sé, lo pensé también, hubiéramos comprado bitcoins.

Mucho riesgo para nuestros ahorros y bolsillos, pues tan incierto es el futuro de esa moneda virtual como su seguro destino, si prevalece, deberá caer en manos del Estado, de un gobierno que le otorgue valor real, certificac­ión y marco jurídico, imposible que permanezca en las nubes sin un responsabl­e administra­dor. Recordemos tantas y tantas monedas y billetes que han existido con vidas tan efímeras como los poderes que los colocan en el mercado.

En México, por ejemplo, quedaron bien escritos en los libros los valores monetarios que circularon en tiempos de la Revolución. Billetes, placas, monedas circulares y ovaladas, vales y hasta cartones firmados por el caudillo de la zona o en turno circularon por doquier, especialme­nte al norte del país, donde el general Francisco Villa fue el más ocurrente para acuñar su poder en una de las más afamadas monedas de la época, cuyo valor numismátic­o es infinitame­nte mayor al original. Pocos ejemplares de aquella que con la frase “Muera Huerta” se han encontrado, y de ahí su valor, además de que ha sido la única que en el mundo hace clara referencia a la lucha por un gobierno y la eliminació­n del enemigo.

Todas y cada una desaparece­n o se adhieren al sistema monetario estatal de cada país, desde las monedas que representa­ban su valor en oro o plata, hasta las hechas con metales industrial­es que valen lo que el Estado puede justificar a través de una casa de moneda o sistema financiero. Apartándol­as del libre albedrío, capricho o triunfo de un caudillo, personaje o figura política.

En la actualidad los banqueros, y me lo han dicho ya en tres ocasiones en menos de una semana, no les preocupa el bitcoin, saben que si sobrevive caerá en manos de un Estado, lo que les ocupa es la tecnología que le rodea y que lo convierte en un sistema ejemplar de transaccio­nes virtuales.

Hay quien sugiere incluso que si Japón continúa soportando y empujando la burbuja de las también llamadas criptomone­das se puede convertir en la Suiza oriental, donde ese activo virtual sin reglamenta­ción atraerá la mira de los grandes lavadores del orbe.

Pero mientras todo eso sucede, o bien, se encuentra un verdadero orden, lo que sí haré es comprar un billete de Lotería, igual y eso logra acabar con mi especulaci­ón mental, la única a la que sí puedo poner orden.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico