La celebración
os propusimos llevar adelante el Taller Literario: Escribe un Libro.
Y digo “nos” porque la invitación a coordinarlo me la hicieronMagui Solbes y Charo Vélez, dinámicas personas que ocupan la dirección general y la coordinación de enseñanza del Metro.
El tema de la utilidad de los Talleres de escritores es muy interesante, ya que tiene defensores y detractores. El hecho muy particular es que el centro de la polémica es un acuerdo: no se puede enseñar a escribir literatura; y es que lo literario es la palabra y es el N discurso y es lo dicho y es lo callado y es lo descubierto y es lo inalcanzable, y es el envase de algo que es del escritor o de la escritura, o que es del escritor y de su escritura. La métrica no es el poema, ni siquiera el poema es la Poesía.
En el Taller hemos discurrido en la naturaleza de Arte que tiene el escribir Literatura, en su conectividad con otras expresiones artísticas; así como sobre la incapacidad del lenguaje, momento en el que el escritor se alíacon él para, entre los dos, trazar el esbozo de algo indecible, algo sólo experimentable… no por todos, ya que no es inducible desde otro.
Descubrimos cómo la palabra escrita habla, cómo se expanden las figuras retóricas más allá de una línea, abriendo el espacio interior deluniversogiratoriodel texto. Se han puesto en movimiento los significados en la página. Los signos gramaticales nos han sido: metrónomo del canto,curvas y desniveles de un camino lector,palanca de velocidades y señales en las rutas narrativas. El libro es un ser vivo, líquido, blando y maleable, vibratorio, que escapa de las manos tímidas, miedosas. Hemos decidido terminar lo iniciado: escribir un libro.
Hemos encontradoen nuestras propias ficciones la realidad de la tarea de ser escritor.
Dieciséis sesiones de dos horas cada una se cumplen el lunes once de diciembre. A las seis de la tarde de ese día, en la biblioteca del Espacio Cultural Metropolitano Metro, celebraremos, en convivencia con los amigos, leyendo en público una muestra de los textos que se han logrado exprimir al silencio. Estás cordialmente invitado lector de esta columna dominical.m