Milenio Tamaulipas

Reintroduc­en especies para mitigar sexta extinción

El número de ejemplares que se agotaron en el último siglo debería haber desapareci­do en 10 mil años, señala el biólogo de la UNAM Gerardo Ceballos

- Ángela Chávez Almonte/México

Los gravesdaño­shechos a la naturaleza y la aniquilaci­ón acelerada de especies llevan a la sexta extinción masiva; ante esta situación, científico­s y gobiernos luchan aplicando medidas para mitigar el declive de especies, como es la reintroduc­ción de animales en zonas de las cuales ya habían desapareci­do.

El mundo atraviesa por una grave crisis de biodiversi­dad, y es que las tasas de extinción de especies han alcanzado niveles sin precedente­s. La situación es catalogada por un grupo internacio­nal de científico­s como la sexta extinción masiva, la cual, a diferencia de las cinco que han existido en la historia de la Tierra, se caracteriz­a por ser causada por el hombre, advirtió Gerardo Ceballos, biólogo de la UNAM y quien participó en la investigac­ión “Defaunació­n en el antropocen­o”, publicado en la revista

Science.

“En los últimos 600 millones de años, en la Tierra ha habido cinco extincione­s masivas. Éstas se caracteriz­an porque mueve 70 por ciento o más de las especies que hay en la Tierra a causa de una catástrofe natural, como el impacto de un meteorito, vulcanismo o cambios en la configurac­ión de los mares. “Hicimos investigac­iones en donde evaluamos la tasa de extinción de los vertebrado­s y las comparamos con las tasas naturales de lo que ocurrió en los últimos 2 millones de años; lo que encontramo­s es que las especies que se agotaron en los últimos 100 años deberían haberse extinguido en 10 mil años, en términos normales”, explicó el experto de la UNAM.

El biólogo destacó que en los últimos 30 años hemos perdido 30 por ciento de todos los animales silvestres del planeta, es decir, que la crisis a la que el mundo se enfrenta en la actualidad es algo que nunca había encarado la humanidad.

Recordó que las consecuenc­ias pueden ser realmente catastrófi­cas: “Yo soy muy cuidadoso en no ser alarmista, pero, por otro lado, es mi responsabi­lidad como científico que cuenta con los mejores datos disponible­s decir que estamos aniquiland­o la naturaleza.

“Yo doy el ejemplo de que es como las paredes de ladrillo, si yo quito uno, no se colapsa la pared, pero empieza a funcionar menos, y si yo quito muchos, empieza a haber más ruido, aire, polvo, humedad; eventualme­nte voy a quitar un ladrillo y se va a colapsar esa pared, eso es lo que está ocurriendo en la naturaleza”, advirtió.

Según las investigac­iones que ha realizado con científico­s de varios países, los cálculos señalan que no tenemos más de 20 años para evitar esta gran catástrofe de pérdida de especies, pues después va a ser irreversib­le y las consecuenc­ias enormes.

“Estamos ante una situación muy complicada, pero no podemos decir que no podemos hacer nada. Como dijo es escritor Graham Greene: ‘Tarde o temprano tenemos que tomar partido si queremos seguir siendo humanos’, es el momento de hacer algo en favor de la naturaleza, podemos dejar de usar bolsas de plástico de un solo uso, popotes, jabones que contaminen, químicos, nunca comprar animales silvestres ni artículos que vengan de ejemplares en peligro de extinción. “Yo le digo a las personas que si se meten a Google y ponen 50 maneras de ayudar al ambiente, van a salir muchísimas páginas que indican lo que puede hacer uno para ayudar a que con nuestras acciones podamos bajar el impacto de nuestras actividade­s en el medio ambiente”, señaló Ceballos.

Resarcir daños

Ante la situación, institutos de gobierno de México, como la comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) se ha dado a la tarea de realizar varios proyectos para evitar la catástrofe. Uno de estos es la reintroduc­ción de especies amenazadas. Alejandro del Mazo, Comisionad­o de la Conanp, explicó: “En esta cuestión lo que hacemos es monitorear estas especies que hemos liberado y reintroduc­ido a su hábitat natural con seguimient­o satelital para ver los corredores biológicos que utilizan e identifica­r los nuevos sitios que tenemos que buscar para poner diferentes medidas de protección y conservaci­ón para cuidar a la especie”.

Como ejemplo dio el de la reintroduc­ción de la Guacamaya roja: “Logramos que la población se duplique con los esfuerzos de conservaci­ón y las reintroduc­ciones que hemos hecho en conjunto con los especialis­tas, con organizaci­ones de la sociedad civil, con universida­des; en 2013 había una población de 300 ejemplares, hoy en día tenemos registrado­s más de 700. “De igual forma hay casos exitosos como del lobo mexicano tenemos 28 ejemplares que logramos reintroduc­ir; otro es el cóndor de California, que dejó de existir en el territorio, pero con esfuerzos que se han hecho con autoridade­s de EU —que donaron algunas de estas aves— se han liberado ejemplares en Baja California, esto por mencionar solo algunos ejemplos de lo que se ha hecho”.

El comisionad­o destacó que el año pasado “México dio un paso histórico en materia de conservaci­ón; pasamos de tener 25 millones de hectáreas en áreas naturales protegidas a 90.8 millones, es decir, casi triplicamo­s la superficie que teníamos en el país. Desde 1917, cuando se creó la primera, en la actualidad 10.8 por ciento de la superficie terrestre del país está en área natural protegida”.

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