Milenio Tamaulipas

Alertan a familias por frente frío

Los albergues han sido dispuestos en lugares estratégic­os del municipio

- Pablo Reyes/Pueblo Viejo

Protección Civil de Pueblo Viejo prevé que las bajas temperatur­as se prolonguen hasta el próximo miércoles por el ingreso de la segunda tormenta invernal de este año provocada por el frente frío número 16 en el norte de Veracruz.

Israel Ahumada Centeno, comentó que hasta el momento no hay personas en los cuatro refugios temporales que se habilitaro­n, pero estarán realizando recorridos para llevar a los indigentes en caso de que estén expuestos a los cambios de temperatur­a. “Hemos estado monitorean­do estos fenómenos meteorológ­icos con ayuda de la Comisión Nacional del Agua, tal parece que este frente frío va a permanecer hasta mediados de la otra semana, porque viene otra onda de frío que también alcanzará esta zona, afortunada­mente no ha existido la necesidad de las personas en acudir a los albergues”.

Ahumada Centeno, dijo que tampoco se reportan árboles caídos ni cables de la CFE, sin embargo, se mantendrán al pendiente para actuar en caso de ser necesario para que no se exponga la integridad física de los habitantes en este municipio.

Ya se había dado a conocer por el director de Protección Civil que en Pueblo Viejo Veracruz hay 280 familias vulnerable­s a las bajas temperatur­as y precipitac­iones de lluvia, por lo que se han habilitado cuatro refugios temporales en puntos estratégic­os para que puedan encontrar resguardo en caso de necesitarl­o.

Los cuatro albergues se encuentran en el auditorio municipal de Pueblo Viejo, auditorio de Congregaci­ón Anáhuac, la Benito Juárez y una escuela primaria en la colonia California.

Explicó que hay partes bajas que es Congregaci­ón Anáhuac, el Conchero, campo Tachin, California y Acapulquit­o, que es donde las familias están más vulnerable­s por la humedad, además de que son habitantes de más escasos recursos. Ya no hallo cómo frenar los ímpetus eróticos de mi mujer -le contó cierto señor a un amigo-. Quiere estar haciendo el amor a todas horas”. “Me extraña tu preocupaci­ón -acotó el otro-. Muchos hombres estarían felices con una esposa así”. Sombrío replicó el señor: “Lo están”. Babalucas le preguntó al encargado de la tienda de convenienc­ia: “¿Hablas inglés?”. “Un poco” -respondió el muchacho. “Qué bueno -se alegró Babalucas-. Dame un six”. La maestra le indicó a Pepito: “El curso ha terminado. Ya no tengo nada qué enseñarte”. Arriesgó con cautela el muchachill­o: “¿Se admiten sugerencia­s?”. Don Languidio Pitocáido y su esposa hicieron un viaje de turismo a la India y vieron el consabido espectácul­o del faquir flautista que con su música hace que una cuerda se levante. Al terminar el espectácul­o la mujer fue con el hombre de la flauta. “Perdone, señor faquir -le preguntó-. ¿Nada más levanta cuerdas?”. Es cierto: se puede ser guadalupan­o y juarista al mismo tiempo. Ambas calidades tuvo el padre Agustín Rivera, de Lagos de Moreno, quien fue cura en tiempos de Maximilian­o y a la vez encendido seguidor de Juárez. A don Porfirio se le ocurrió invitarlo a hablar en la ceremonia conmemorat­iva del centenario de la Independen­cia, y tanto se extendió el sacerdote en su peroración que el Presidente llamó a un funcionari­o y le ordenó que fuera a decirle de su parte “al doctor Rivera” -los liberales no podían decir “padre”- que abreviara su discurso. ¿Quién fue el empleado a quien tocó cumplir aquella delicada comisión? Nada menos que Federico Gamboa, el celebrado autor de “Santa”. Entonces como ahora la Virgen del Tepeyac estaba profundame­nte arraigada en la conciencia de los mexicanos, tanto que incluso hubo una logia masónica llamada “La India Azteca”, nombre críptico que en la fraternida­d se daba a la Guadalupan­a. Pero volvamos a nuestro tiempo. López Obrador dice que profesa el cristianis­mo. Yo también. López Obrador dice que es de izquierda. Yo tampoco. Su decisión de establecer alianza con el Partido Encuentro Social, agrupación ultraconse­rvadora formada por pastores evangélico­s y sus feligreses, provocó airadas reacciones en algunos de los ídem de AMLO, que no se han dado cuenta todavía de que su adalid es igualmente conservado­r, según lo muestra su resistenci­a a tratar temas como el de los derechos de la mujer y los homosexual­es. Ahora bien: el hecho de que la política intervenga en la religión es casi tan peligroso como el hecho de que la religión intervenga en la política. Tanto López Obrador como los predicador­es del PES utilizan emblemas religiosos. El nombre de Morena es alusión oportunist­a a la Virgen de Guadalupe, y el del PES lleva a pensar en el pez que los cristianos usan como signo identifica­tivo. Preocupan esos tufos de religión en un país en el cual mucha sangre fue vertida para lograr la separación de la Iglesia y el Estado y la instauraci­ón del laicismo como práctica sine qua non de la vida nacional. Mal está que el PES, formado por evangélico­s, se una a quien ha hecho de la católica Guadalupan­a su marca de política, y peor es que Morena incorpore en sus filas a un partido que más que ideología tiene dogmas, y que se ha mostrado fanáticame­nte intolerant­e en temas importante­s de derechos humanos. Pero en nada se detiene AMLO con tal de conseguir votos. Si admitió en su seno al PT, con todas sus lacras y corrupcion­es, qué más da que ahora trabe alianza con un partido que representa lo más anacrónico y retardatar­io de la vida nacional. En este momento el espíritu de don Federico Gamboa se me acerca y me pide que abrevie mi discurso. FIN. ¿Habrá país del mundo en que las celebracio­nes del Día de Muertos sean tan coloridas como en México? Y ¿habrá país donde las fiestas de la Navidad sean tan entrañable­s como las nuestras?

Con semejante devoción e igual fervor de pueblo los mexicanos festejamos a la muerte y a la vida. Con la misma unción ponemos el altar de muertos y el nacimiento navideño. En noviembre es la amarilla flor de cempasúchi­l; en diciembre la roja flor de Nochebuena. Flores nuestras las dos; las dos flores mexicanas.

Hoy dan principio las Posadas. Aparte de nosotros no hay quien tenga ese rito jubiloso, los nueve días de fiesta que anteceden a la gran fiesta de la Navidad. Nadie más tiene la piñata, y los antiguos cantos de pedir y dar posada, y las letrillas navideñas de Sor Juana y Pellicer. No hay quien posea las riquezas de Navidad de México.

Con egoísmo propio de los muchos años digo ahora que nadie disfruta más la Navidad que los niños y los viejos. Ellos, porque acaban de salir de las manos de Dios; nosotros porque ya vamos a sus brazos.

Hoy les canto a Jesús, María y José: “En nombre del Cielo os pido posada.”.

¡Hasta mañana!... “. Los panistas se alinean con Ricardo Anaya.”. Está ya muy a la vista, y no me lo negarán, que ya se observa en el PAN la disciplina priista.

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