Gritos ante “protestas silenciosas”
E ntiendo a la actriz Rose McGowan bien. Está enojada y tiene más que todos los mejores motivos del mundo para estarlo. Harvey Weinstein no solo la violó sistemáticamente (como a tantas otras) sino que arruinó su carrera y por décadas resultó impune. Lo suficiente como para hacerle lo mismo a decenas y decenas de mujeres más. Es la epítome del horror.
Llevamos meses con este tema, con más y más monstruos surgiendo por todos lados y, sí, las mujeres estamos encabronadas. Los buenos hombres, espero, también.
En la próxima ceremonia de Los Globos de Oro muchas mujeres, entre ellas Meryl Streep y Nicole Kidman, coincidieron con que se vestirían de negro en señal de protesta. Hay quien lo denominó como “protesta silenciosa” lo cual desató la ira de Rose y otras mujeres muy valientes, que se han aventado las peores experiencias y consecuencias de semejantes casos.
“Su silencio es nuestro problema”, reviró enfurecida Rose. Entendible impulso, pero me parece que equivocado. Ellas son aliadas, víctimas y potenciales afectadas. Son mujeres que luchan día a día contra esto, que hasta hace poco era la “normalidad”, con su complaciente “callar la boca por todos los medios posibles” a quien se atreviera decir lo que fuera.
Pero solidarizarse con otra mujer, de la manera que sea, no te hace el problema y mucho menos “cómplice”. ¿Streep silenciosa? Estará muy vestida de negro, pero estoy segura que tendrá mucho que decir en la temporada de premios que se avecina. Lo ha hecho y no le veo ganas de parar. Bien.
Esto me recordó muchísimo a la marcha de mujeres a la que asistimos hace algunos meses donde varios contingentes agredían a los hombres (periodistas entre ellos) que se habían atrevido a ir, ya fuera por solidaridad o para continuar con la narrativa que, justamente, estábamos ahí para dar a conocer.
Hay que saber quiénes son los victimarios y sus cómplices, con claridad, y ahí sí, duro contra ellos.
Sé por qué ejemplo, que aunque llevo meses escribiendo, apoyando y pidiendo que crezca este movimiento fuera de Hollywood, muchas me dirían traidora por no querer acabar con Matt Damon para siempre.
Matt dijo algo que me resulta complejo, delicado pero hasta cierto punto congruente. Y que básicamente se reducen a “hay niveles”. “¡¿Cómo se atrevió a decir que NO es lo mismo la violación sistemática con abuso desmedido de poder al hecho de pecar de mano larga l!?” (qué sí está del nabo, pero …).
Claro, el argumento es que nada de ello debe ser admisible nunca más. No podría estar más de acuerdo. Y el enojo es una emoción mucho más útil que la tristeza, estoy segura. Pero mientras vivimos enfrascadas en él, hay que ver bien quién nos está acompañando en esta batalla y quiénes son los enemigos. El silencio también puede ser un arma muy pero muy poderosa. Pero no cuando se trata de denunciar. Así que gritemos, vistámonos de negro, seamos solidarias unas con otras, no compremos nunca esa mentira de que entre nosotras nos hacemos más daño.
Y por el amor de todo lo que sea sagrado, dejemos de pensar que esto solo pasa en Hollywood. ¿Ustedes, en su contexto laboral, creen que todos saldrían impunes?
¿En serio?
¿Luis Miguel ya acabó con la transformación completa? ¿Ahora ya le podemos llamar por el nombre Julio Iglesias?