Milenio Tamaulipas

Manifiesto de las ovejas negras

- JORGE REYNOSO jreynoso54@gmail.com

Pensando en situacione­s y hechos de la vida, es fácil concluir que los “desafinado­s” somos nosotros y no la vida; los que insistimos en pedirle peras al manzano; los que preferimos ser sordos en un discurso y mudos en un concierto, a los que realmente nos ocupan y preocupan las preguntas que desafían y no las respuestas que satisfacen.

Somos lo que definen como ovejas negras, los que preferimos cultivar ideas en el jardín de nuestra vida, a envidiar los rosales del jardín del vecino; los que creemos que lo fundamenta­l e inaplazabl­e es que todos tratemos de ser más felices de lo que merecemos y mucho menos infelices de lo que merezcamos.

Es tiempo de aprender a sintonizar la frecuencia en que se transmiten los intereses del prójimo, y de que el prójimo sea más tolerante; que entendamos que lo que buscamos son puentes y no precipicio­s; son temas que obliguen a pensar y no distraccio­nes que inviten a olvidar. Por ello proponemos:

1.- Que se suspenda el derecho del gris plomo a participar del arco iris.

2.- Que se degrade al Odio a la categoría de Antagonism­o, perdiendo los beneficios, como matar sin pedir permiso o pintar de sangre a las palabras y vestir de luto a los discursos.

3.- Que los dedos dejen de usarse para apretar gatillos, las manos para clavar puñales, los ojos para matar mirando, la boca para escupir condenas y el dinero para comprar silencio.

4.- Que el discurso de las horas, de los días y las semanas, de los meses y los años, produzca instantes repletos de gozo, minutos llenos de alegría, horas cargadas de placer, días plenos de sol, semanas húmedas de ternura, meses rellenos de mañanas y años teñidos de esperanza.

5.- Que se permita el regreso de la inocencia perdida y se le invite a ocupar el lugar de honor que le correspond­e.

6.- Que nunca más florezcan muertos anónimos en los jardines de los cementerio­s clandestin­os, y que jamás la desvergüen­za vuelva a plantar desapareci­dos en la conciencia de los pueblos.

7.-Que la paz rompa las cadenas, que los puños cerrados se abran en manos extendidas hacia el otro, y que la verdad sea la dueña y señora de la última palabra. Bruno Kampel.

Amigo lector: usted, ¿qué opina?

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico