Independientes: el tribunal puede matar el experimento
En los próximos días, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tendrá que decidir un asunto que podría terminar en desastre.
A partir de las primeras revisiones de firmas de aspirantes al Senado y la Cámara de Diputados, el INE descubrió y declaró como no válidos los registros que se habían hecho con fotocopias. Uno de los aspirantes a San Lázaro impugnó —con base en alguna confusión de la ley— y ahora el asunto está en manos del tribunal.
En el reporte de los aspirantes independientes para la Presidencia, el INE contabilizó medio millón de fotocopias entre Margarita Zavala (212 mil 198), Armando Ríos Piter (88 mil 183) y Jaime Rodríguez (205 mil 721). De hecho, para El Bronco, si el tribunal le valida esas fotocopias, son la diferencia entre estar en la boleta y no estarlo.
En el manual de los aspirantes y en el manual de los auxiliares estaba por demás claro que no se podían enviar fotografías de fotocopias, se necesitaba captar la credencial original.
Hay que decir que hay una deficiencia en la aplicación de recolección de firmas que antes de la revisión definitiva dejó pasar muchas de estas fotocopias como provisionalmente “válidas”.
Ahora es difícil pensar que esa enorme cantidad de fotocopias no viene de algún tipo de mercado negro de identificaciones oficiales. Son demasiados “errores” o distracciones o gente que trae una copia de su INE en su bolsa en lugar de la credencial original.
En muchos casos, según me dijo Ciro Murayama, en muchas de esas fotocopias se alcanza a ver hasta el programa social para las que el beneficiario se tuvo que identificar.
Podrán los aspirantes decir lo que quieran, pero creo que está claro que hubo un mercado negro de firmas y todos accedieron a él.
Hoy el INE, al menos, ha declarado esas fotocopias como inválidas.
Pero falta el tribunal.
Si el tribunal permite las fotocopias, para efectos reales, incentivará el tráfico de datos personales al mejor postor. Dada la dificultad de probar este tráfico y la compra de estas fotocopias —dudo que nuestra Fepade vaya a encontrar pruebas—, en términos reales validarían una trampa. Además, los candidatos pueden siempre culpar a los auxiliares y ellos librarla.
Es decir, el tribunal podría poner el clavo definitivo en el ataúd de nuestra ilusión de candidatos no partidistas que no hagan trampa, como la hacen los partidos.