Fake news a lo güey
Brad y Jen de nuevo. Nadie se libra. Por más buenas que sean tus intenciones. Por más que quieras informar profesionalmente, es como la caída de fichas de dominó. Sabes que si un medio, por más basura que sea, como el caso de Star, saca una nota predecible, a todas luces falsa y completamente cínica con la intención de vender periódicos (lo cual más que compensa por cualquier demanda que quizás, o no, tengan que pagar). Es un juego de números nada más, pero ahí vamos nosotros, como borregos.
Y con ese nosotros, me refiero a todos. Empezando por los que sabemos que, si no llevamos algo de esa información, aunque sea para negarla, quedaremos fuera de la competencia en estos tiempos donde el clic es el rey (¡el rating ha muerto, viva el clic!). Pero también es culpa de cada uno de ustedes que lo abre, que lo comparte, que no le parece relevante si es cierto o no. Que no se molesta en ver que las notas son puras especulaciones. Que hace de las fuentes periodísticas un mal chiste en los tiempos donde lo que más necesitamos es algún tipo de certeza.
Es un proceso de purificación fallida del que hemos hablado muchas veces. Lo publica un medio al que nadie le cree, pero que funciona como entretenimiento, ya sea en el Metro o en la fila del supermercado. Lo retoma una agencia informativa, anotando a veces, que podría o no, ser un fotomontaje. Los periódicos serios del mundo lo ven en la agencia y lo toman tal cual. Y ya nadie pregunta mucho. Comienzan los comentarios, las críticas, las opiniones. Y la verdad es que es muy probable que nada sea cierto, pero eso qué importa, ¿verdad?
La realidad es que importa mucho, porque no solo pasa con Brad y Jen. Pasa con todo. Pasa con Facebook que está en serios problemas por sus propios errores o complicidad con los poderes más oscuros del mundo. Ocurre con cada persona que comparte una publicación solo porque le divierte o porque confirma lo que, y quería creer de todos modos, sin importar su veracidad.
Hace unas tres semanas les dije en este espacio que no tardaríamos nada en ver esta nota publicada en cualquiera de estos cochinos medios como Star, y luego en el resto del mundo. Nadie se salvó. Nadie es inocente. Y nadie puede quejarse si comparte información a todas leguas especulativa si no es que falsa (fotomontajes) solo por diversión. Eso tiene consecuencias mucho más allá del chisme estos días. Nuestros comportamientos virtuales están siendo analizados cuidadosamente para ver si somos susceptibles a ciertas cosas. Para que nos diseñen publicidad y propaganda especializada. ¿Quieren aparecer en esas listas de las personas que se creen todo? Porque las siguientes cosas no parecerán tan inofensivas como la vida romántica de dos perfectos y hermosos desconocidos.
¡No puedo esperar!
¡Ya vi La Isla de los perros de Wes Anderson, y estoy feliz de saber que pronto se estrenará en México! Es una joya de originalidad, perronalidad y belleza en animación, ritmo y tanto. Más. Ya quiero hablar largo y tendido de ella, pero esperaré un poco a que se acerque el estreno.