Milenio Tamaulipas

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

- Armando Fuentes Aguirre Catón afacaton@yahoo.com

Dn Añilio, señor de edad madura, le dijo a su doctor que después de celebrar el H. Ayuntamien­to -o sea después de hacer el amor- quedaba laso, sin fuerzas, exangüe y agotado. El médico replicó que eso era natural. Le recordó la frase de Galeno: “Tristis est omne animal post coitum, praeter mullierem gallumque”. Todos los animales quedan tristes después del coito, menos la mujer y el gallo. “Quizá sea cierto -reconoció el paciente-, pero a mí la fatiga me dura varios días, tanto que debo esperar al menos 15 para repetir el acto, y eso si hace buen tiempo”. El facultativ­o le indicó: “Lo que sucede es que no tiene usted condición física. Le pondré una serie de ejercicios. Cuando pueda subir a un segundo piso sin agitarse eso significar­á que su problema ha quedado resuelto”. Arriesgó don Añilio: “¿Y si mejor me consigo una amiguita que viva en el primero?”. Babalucas trabajaba en una empresa de pompas fúnebres. Cierto día llegó a su oficina un lloroso señor. “Mi esposa falleció -declaró triste-, y quiero contratar sus servicios”. Respondió Babalucas: “Si la señora murió será difícil que preste algún servicio”. Aclaró el otro: “Me refiero a los servicios de ustedes”. “Ah, vaya -entendió el badulaque-. Pero si mal no recuerdo hace dos años dimos cristiana sepultura a su esposa”. Explicó el señor: “Me volví a casar”. Exclamó el badulaque al tiempo que le daba un gran abrazo: “¡Felicidade­s!”. Hay quienes piensan que López Obrador hace promesas desorbitad­as a sus feligreses a fin de ponerlos en órbita. Eso es falso. No les ha prometido, por ejemplo, la salvación eterna -al menos todavía-, ni les ha dicho -por lo menos hasta ahora- que se traerá a México las pirámides de Egipto, la Gran Muralla china y el Taj Mahal para promover el turismo. Algunos opinan que su más reciente ofrecimien­to, el de congelar por tres años el precio de la gasolina y otros combustibl­es, es de imposible cumplimien­to. No toman en cuenta que eso podría conseguirs­e empleando una buena cantidad de hielo. Por lo demás recuerden los críticos de AMLO que el prometer no empobrece: el dar es lo que. aniquilará al país. Tres amigos compraron en sociedad una vieja sala cinematogr­áfica. Dos de ellos discutiero­n sobre el material que debían usar para tapizar los asientos. Uno sugería tela; el otro quería piel. Llegó el tercero y le preguntaro­n: “¿Qué te gustaría para cubrir el asiento de las butacas?”. Respondió al punto: “Nalgas”. Decía un norteameri­cano: “Los Estados Unidos es tierra de oportunida­des. Aquí un hombre puede empezar como plomero y llegar a ser maestro universita­rio, sin importar la pérdida económica”. Dos perfumista­s de París se toparon en la calle después de algún tiempo de no verse. Uno vestía modestamen­te; el otro en cambio lucía elegante atuendo y parecía Saturno por el enorme anillo que mostraba. El rico le preguntó al pobrete: “¿Cómo te ha ido?”. “No tan mal -respondió éste-. Elaboré un aroma que hace que la mujer huela a mango. Con eso me fue bastante bien”. “Yo -dijo el otro- desarrollé una fragancia que hace que el mango huela a mujer. Con eso me fue extraordin­ariamente bien”. Don Cornulio llegó a su casa antes de lo esperado y escuchó voces que provenían de la alcoba. Entre ellas pudo distinguir algunas exclamacio­nes de incuestion­able contenido erótico: “¡Mamacita!”, “¡Negro santo!” y “¡Dale, dale!”. Entró en el aposento y lo que vio lo dejó atónito: su mujer estaba en trance de carnalidad con un sujeto. Bufó airado: “¿Qué hacen?”. “Ay, Cornulio! -se impacientó la pecatriz-. Nosotros aquí tan ocupados y tú vienes con tus preguntas tontas”. FIN.

Mirador

Se presentó sin avisar y dijo:

-Soy el número uno, el más importante de los números.

Me permití indicarle: -Ningún número es más importante que otro. Usted no podría hacer el 12 si no estuviera el 2; ni podría formar el 13 de no ser por el 3, y así sucesivame­nte.

El número uno pareció molestarse. Aun así continué:

-El número uno no puede ser el número uno sin los demás.

Después de pensar un poco respondió: -Tiene usted razón.

Pensé:

-Sabe reconocer sus errores y dar la razón a quien la tiene. Algún día podrá llegar a ser el número uno.

¡Hasta mañana!...

Manganitas

“. El Bronco en la boleta electoral.”. Tras el insólito fallo que el Tribunal emitió no me sorprender­é yo si luego entra su caballo.

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