John DeJoria, el pandillero que se reformó para ser millonario
Luego de superar una infancia y adolescencia complicadas, ahora es dueño de dos grandes empresas: John Paul Mitchell Systems y The Patrón Spirits
Si un multimillonario es protagonista de una historia que parece sacada de un cuento de fantasía o de la trama de una película taquillera al más puro estilo de Hollywood, ese es el estadunidense John Paul DeJoria. El ahora dueño de la tequilera The Patrón Spirits Company, tuvo una infancia y adolescencia complicadas que lejos de llevarlo a lo más profundo de la depresión, lo impulsó para alcanzar la cima y convertirse en una de las personas más acaudaladas del mundo. John Paul Jones DeJoria nació en el barrio Echo Park de Los Ángeles, California. De inicio, el camino no sería sencillo; para empezar era hijo de inmigrantes, padre italiano y madre griega, quienes por si fuera poco se separaron un par de años después.
El pequeño John, junto a su hermano mayor, quedó al cargo de su madre, quien aunque trabajó duramente no pudo ofrecerles una vida digna.
Consciente de la precariedad económica de su familia, John comenzó a trabajar desde los nueve años de edad vendiendo tarjetas de Navidad y periódicos.
Su aportación no fue suficiente, y su madre tomó la dura decisión de dejarlo a él y a su hermano en un albergue, con la esperanza de que el gobierno los acogiera y les diera la vida que ella no pudo facilitarles.
Como era de esperarse, John no lo tomó nada bien y durante su adolescencia escogió el camino incorrecto: convertirse en pandillero.
Él mismo ha contado en múltiples ocasiones que quien lo ayudó a salir de ese ambiente fue su profesor de matemáticas, quien frecuentemente lo molestaba por su rebeldía.
Un buen día, recordó, le dijo: “¡Nunca jamás tendrás éxito en la vida, nunca servirás para nada!”. Palabras que resonaron fuerte en su cabeza y lo impulsaron a cambiar.
Decidido a demostrar a su profesor, a la sociedad y a él mismo que podía sobresalir, se refugió en sus estudios y terminó la universidad; sin embargo, una vez graduado la vida le volvió a dar la espalda, pues a falta de trabajo se vio obligado a vivir por un tiempo en su carro.
DeJoria aguantó esa mala etapa de su vida y en un golpe de suerte ingresó a trabajar en los Laboratorios Redken, que en ese tiempo era el principal fabricante de productos para peluquería en Estados Unidos. Eso cambió su destino.
En esa empresa aprendió todo sobre producción, por lo que decidió aventurarse con un préstamos de 700 dólares y fundar su propia compañía. Era 1980, y por fin se hizo dueño de su propio destino.
El resultado fue la creación de la empresa John Paul Mitchell Systems, la cual con dedicación y esfuerzo convirtió en lo que es hoy en día: una de las mayores productoras mundiales de champú. A los nueve años de edad fue abandonado por su madre en un orfanato del gobierno de EU, lo que marcó su vida. Su empresa John Paul Mitchell Systems es de las mayores productoras de champú en todo el mundo. Este empresario estadunidense ha conseguido amasar una fortuna de 3 mil 300 millones de dólares. . Ya posicionado como uno de los grandes millonarios gracias a que su empresa registraba ventas anuales que superaban los mil millones de dólares, DeJoria se enfocó en el altruismo y en la defensa del medio ambiente, de hecho, tiene prohibido que sus productos se prueben en animales.
Con la intención de diversificar sus inversiones, a comienzos de la década pasada decidió adquirir Patrón, una de las tequileras más antiguas de México. Por su puesto, la operación causó revuelo porque un estadunidense se estaba apropiando de uno de los productos mexicanos icónicos.
Su estrategia, por medio de The Patrón Spirits Company, fue darle un toque de exclusividad al tequila y exportarlo a Estados Unidos, donde inmediatamente tuvo éxito y a la fecha vende más de 2 millones de cajas al año.
Al adueñarse de la empresa tequilera mexicana y con su empresa de productos de belleza, John Paul DeJoria ha amasado, según Forbes, una fortuna de 3 mil 300 millones de dólares. l investigador y académico de la Universidad de Calgary se puso a contar, a comparar y a similar, y encontró que la medida manejable y más grande en cuanto a datos informáticos se refiere es el terabyte, y encontró que uno, es decir, mil gigabytes, es suficiente para guardar 350 capítulos de Los Simpson o 238 de la serie estadunidense Friends. Pues bien, hoy resultarán de la jornada electoral, cientos de terabytes por trabajar y resguardar.
Todos lo saben y para eso se está preparado sin pretexto alguno. Con copias, data center espejo, firewalls y sistemas múltiples de integración y resguardo, entre muchas más cosas que sin duda alguna resguardarán el voto de los ciudadanos con el que se elegirá el próximo Presidente del país y se realizarán elecciones locales en 30 de los 32 estados para definir quiénes serán sus diputados, senadores, gobernadores y alcaldes en los próximos años.
Se calcula que la elección costó más de 28 mil millones de pesos, incluso se califica como la más cara de la historia democrática del país. El financiamiento a partidos fue superior a 5 mil millones de pesos y el proceso para realizar los comicios de casi 22 mil millones. Las autoridades, el Instituto Nacional Electoral (INE) y datos del Presupuesto de Egresos de la Federación refieren que el mismo instituto cuesta al país más de 17 mil millones; el Tribunal Electoral (TEPJF), casi 4 mil millones.
Y la cantidad de funcionarios y elementos operativos para realizar los comicios desde su preparación hasta la entrega de los certificados a los vencedores, es la más alta en la historia, y se les paga, claro.
En fin, serán unos comicios muy caros de los cuales no podrán existir más que cuentas claras y millones de datos fidedignos de los 89.1 millones de mexicanos que ejercerán su derecho constitucional de votar y ser votados (alrededor de 18 mil candidatos son los que contienden), dentro de también una cantidad histórica de cargos de elección popular que están en juego.
Lo explica un especialista en tecnologías de la información, si pensamos en lo que hoy domingo 1 de julio sucede, en punto de las 6 de la tarde los funcionarios cerrarán las casillas e iniciarán con el escrutinio y cómputo de votos. A las 20 horas correrá la información del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) para dar a conocer sus primeros resultados después de las 11 de la noche, según el compromiso del INE.
Para que lo anterior funcione, las actas de escrutinio y cómputo deberán ser recabadas por los CEDAT (Centros de Acopio y Transmisión de Datos). Con esto, se darán a conocer los resultados preliminares de la elección, previos al inicio del cómputo distrital, es decir, el conteo final de los votos. Nada debe fallar, todo como reloj deberá funcionar, increíble sería un error en el suministro de luz, en el sistema informático o en la conexión de internet. Insisto, el reto tecnológico es mayúsculo. Sin pretextos deberá funcionar, de hecho para que así se cumpla no se ha implementado el uso de casillas electrónicas, no hay lugar a un error. Los grandes protagonistas de hoy: ciudadanos, candidatos, el presupuesto y… los datos.