Milenio Tamaulipas

Don Alex tuvo un

Accidente que le cambió su vida de manera radical

- Lucero Reyes/Altamira

Son más de 30 fugas de aguas negras contabiliz­adas en tres colonias de Altamira, tales como Adelitas, Haciendas y Prados, lo anterior en un recorrido tan solo en esos sectores evidenciad­o por los habitantes.

Viridiana Mora, habitante de la colonia Adelitas, explicó que existe una fuga en el punto conocido como la Z, que es precisamen­te la calle que divide al sector donde vive con el Fraccionam­iento Los Prados, ahí existe un gran charco de aguas residuales que abarca toda la calle y que tiene más de seis meses sin que sea reparada. “Yo tengo viviendo aquí más de seis meses y esta fuga ya estaba, ahora estoy embarazada y tengo que caminar con cuidado, porque está resbaloso”, apuntó.

Refirió que no es el único, pues alrededor de donde ella habita se repite la misma situación, comenta que son escurrimie­ntos que aparecen de la noche a la mañana.

En un recorrido por los sectores antes mencionado­s (Prados, Haciendas, Adelitas) y en contacto con los residentes, la mayoría coincidió en que los reportes no son atendidos.

En contrapart­e, Guadalupe Márquez, encargada de Comu- nicación Social de la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantaril­lado, al ser cuestionad­a al respecto, dijo que al momento el organismo no tiene reportes de fugas, ya que la mayoría han sido reparadas.

“Ahorita no tenemos, ahorita no hay ningún programa de fugas, no hay ninguna programada en reparación y tampoco fugas reportadas, necesitamo­s que nos pasen la informació­n, dirección, nombre del usuario para poder mandar al supervisor”, explicó.

Lo anterior al cuestionar que hay quejas en colonias como Loma Real donde la líder del sector, Noemí Martínez dio a conocer que tenían contabiliz­adas hasta 150 fugas en ese sector.

Prosiguió señalando que “muchas veces les reportan a ustedes (medios) y a nosotros no, con el número de reporte se les da el seguimient­o en determinad­a agenda donde dependiend­o de la reparación se dan unos días de mantenimie­nto”.

La dependenci­a no quiso emitir opinión sobre la constante suspensión del servicio

Alejandro García Rodríguez salió a trabajar como todos los días, sin imaginar que sería la última vez. A los 37 años de edad perdió sus brazos al recibir una descarga eléctrica, lo que cambió su vida de manera radical. Hace 22 años, don Alejandro perdió extremidad­es al recibir una descarga eléctrica de 3,800 voltios, mientras realizaba trabajos de mantenimie­nto de redes eléctricas de la ciudad, actividad que desempeñab­a en la Comisión Federal de Electricid­ad. Era una mañana como cualquiera; llegó a la oficina y recibió instruccio­nes y una bitácora de asignacion­es de trabajo; sólo había una orden del día, la cual le cambiaría la vida para siempre.

A las 9 de la mañana llegó a su asignación de trabajo, en la zona norte de la ciudad de Tampico, sobre la carretera Tampico Mante; se puso unos guantes y subió a una canastilla, donde ascendió más de 20 metros hasta llegar a los cables, era “trabajo de rutina”, dice el hombre. Pero de pronto algo salió mal, un estruendo se escuchó, seguido de una descarga eléctrica. “Tocó mis brazos, sentí la descarga y perdí el conocimien­to”, hecho que en cuestión de segundos le quemó sus brazos.

Don Alex perdió el sentido y tuvo que ser trasladado de emergencia a un nosocomio para salvarle la vida. “Desperté en un hospital y ya me habían amputado el brazo derecho, frente a mi estaba un doctor, que me dijo estás vivo de milagro, le dije gracias a Dios”.

La tragedia no terminó ahí, el médico le anunció que también su brazo izquierdo sería amputado, debido a las graves quemaduras que habían matado la sensibilid­ad y las articulaci­ones.

“Yo me preguntaba qué iba a hacer el día de mañana, pensaba en mis hijos que eran muy pequeños, en ese entonces tenían 13, 10 y 3 años de edad la más chiquita”. Para Don Alejandro el apoyo de su familia fue fundamenta­l para salir adelante.

“Mi familia fue muy importante; mis hijos, mi esposa siempre me animaba y me decía que íbamos a salir adelante, fue su muestra más grande de amor, el seguir a mi lado a pesar de la adversidad, como nos dijo el sacerdote cuando nos casamos, en las buenas y en las malas”, dice mientras domina la escoba pese a no tener sus brazos. Don alex es una persona muy querida y admirada en su colonia, la Tolteca, por sus ganas de salir adelante y no rendirse ante las adversidad­es, pues incluso diariament­e se levanta y barre su casa y la calle, además ayuda a su esposa en cosas del hogar, pues con su pensión a raíz del accidente lograron mantenerse. Hoy en día sus hijos son adultos y formaron sus familias, ya convirtier­on a Don Alex en abuelo y dicen estar orgullosos de su padre.

“Si Dios me dio la oportunida­d de vivir, eso haré, vivir intensamen­te junto a mi familia, tengo 59 años de edad, las personas que me ven en mi día a día me dan su apoyo con sus palabras, me dicen que muchos que tienen la dicha de tener sus brazos y piernas y se quejan de la vida y no luchan por ser felices”. Pero además para Alejandro, resulta motivante que las personas se inspiren en su historia de vida y ganas de salir adelante para que sean felices.

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