Altares en escuelas
Secundarias llenan de color la plaza de Armas
El color de la flor de cempasúchil predominó en la Plaza de Armas de Tampico, dándole realce a la festividad de Día de Muertos, una de las tradiciones mexicanas más esperadas del mes de noviembre. Un total de 15 planteles educativos se dieron cita para elaborar un altar con todos los elementos necesarios y así honrar a los fieles difuntos. Se trata del concurso de altares que tuvo lugar en pleno corazón de la ciudad porteña, donotro de se congregaron alumnos y maestros, los cuales previamente se registraron para participar y poner todo su empeño para obtener el primer lugar. El objetivo es fomentar la tradición de “Día de Muertos” y que la ciudadanía en general pueda admirar este tipo de actividades que buscan mantener vivas las tradiciones en las nuevas generaciones.
En este concurso se entregaron premios de hasta 7 mil pesos para el primer lugar, cinco mil pesos para el segundo y el tercer lugar se llevó la cantidad de tres mil pesos. Se lanzó una convocatoria en las escuelas de nivel secundaria y fue tal el interés de la comunidad escolar, que tuvieron que hacer dos concursos, uno en la delegación zona norte y más en la Plaza de Armas. Desde temprana hora comenzaron a instalar los altares, elaborándolos lo más apegado a la tradición mexicana, por lo que procedieron a colocar el altar de muerto que representa los cuatro elementos, como el aire a través del papel picado, el agua mediante una variedad de bebidas, el fuego con las veladoras y la tierra con las semillas. Los profesores explicaron que un altar puede tener dos, tres y hasta siete niveles, colocándosele en la parte central la imagen de un santo o virgen, sin faltar las fotografías de los seres queridos, pan de muerto, las calaveritas de dulce y las bebidas y comida preferida de los difuntos. El toque esencial fue la música de Xantolo, que se combinó con el aroma del copal que se esparcía alrededor del kiosco. La gente se detenía para admirar las distintas formas de elaboración de un altar. Fue una verdadera fiesta la que se vivió en este lugar, sede de altares, pues la creatividad de los jóvenes marcaba su interés por mostrar que México tiene festividades extraordinarias.
Al final, se compartieron los alimentos ofrendados como lo marca la tradición, que destaca a nivel mundial.