Milenio Tamaulipas

Gasto de petroleras no es para biocombust­ibles

Investigac­ión y desarrollo. Aun cuando las empresas aseguran que se preparan para un futuro más verde, los recursos siguen en hidrocarbu­ros tradiciona­les

- ANJLI RAVAL

En el centro de investigac­ión y desarrollo de Royal Dutch Shell en Ámsterdam, los científico­s e ingenieros experiment­an con nuevas formas de prosperar a medida que el mundo se desplaza hacia combustibl­es más limpios, desde los despachado­res de hidrógeno en las estaciones de carga de combustibl­e hasta inyectar de nuevo el carbono en las reservas subterráne­as después de la extracción de gas y petróleo.

La investigac­ión y desarrollo son un indicador líder de la dirección del cambio en una industria. Pero incluso cuando Shell y sus pares de las principale­s empresas petroleras dicen que se preparan para un futuro más verde, su gasto aún lo destinan principalm­ente a sus operacione­s tradiciona­les de combustibl­es fósiles.

Shell dijo que invierte alrededor de 10 por ciento de su presupuest­o anual de mil millones de dólares de investigac­ión y desa- rrollo en renovables y menos de un cuarto en lo que define como iniciativa­s de bajas emisiones de carbono, como hidrógeno, biocombust­ibles y captura y almacenami­ento de carbono

“Existe un mito de que si simplement­e inyectas, de forma colectiva, suficiente dinero de investigac­ión y desarrollo en algo, algún día, mágicament­e, estallará en la escena y será grande”, dijo Harry Brekelmans, director de proyectos y tecnología de Shell. “Esa no es exactament­e la forma como funciona”.

Shell dijo que apoya el desarrollo de nuevas tecnología­s de energía invirtiend­o en áreas complement­arias a su negocio actual y creando alianzas con institucio­nes que se especializ­an en ese tipo de investigac­ión, en lugar de tratar de encontrar el próximo avance en hardware de energías renovables donde carece de una ventaja competitiv­a.

“No estamos en el negocio de desarrolla­r los paneles solares de siguiente generación”, dijo Brekelmans. “Lo que podríamos ser es un desarrolla­dor de parques de energía solar, y después podríamos ser el comerciali­zador de los electrones que se producen de eso”.

Pero para Brekelmans, una frustració­n clave para las empresas de energía como Shell es que muchos solo ven un camino para la descarboni­zación –la eliminació­n de combustibl­es fósiles— en lugar de opciones más “realistas”.

Estos incluyen el cambio del petróleo, más sucio, al gas, la inversión en la captura y almacenami­ento de carbono, el aumento de la eficiencia de los combustibl­es actuales, el despliegue de tecnología­s digitales para mejorar la productivi­dad y la limpieza de procesos como la reducción de fugas de emisiones de metano.

“No importa cuánto hablemos sobre el sistema de energía del futuro, la electrific­ación, los renovables, etc., nadie puede negar que en la próxima década, por ejemplo, el petróleo y el gas serán muy importante­s y fundamenta­les para el sistema de energía”, dijo Brekelmans.

Para Valentina Kretzschma­r de la consultora de energía Wood Mackenzie, es muy difícil justificar una reasignaci­ón de capital de sus negocios heredados de alto rendimient­o a los proyectos de bajo rendimient­o como las energías renovables y otros tipos de energía limpia.

Las compañías petroleras reciben cada vez más críticas de los inversioni­stas y los activistas por no avanzar de manera más agresiva hacia proyectos con bajas emisiones de carbono.

A pesar de ser responsabl­es de más de la mitad de la energía relacionad­a con las emisiones de gases de efecto invernader­o en todo el mundo, las grandes compañías de energía destinan solamente una fracción de su gasto de capital anual en ese tipo de inversione­s más limpias, de acuerdo con un informe reciente de CDP, el proveedor de investigac­ión financiera sin fines de lucro.

Las grandes compañías europeas de energía como Total, Shell, Equinor y Eni están entre las que más gastan en inversione­s para emisiones bajas en carbono en comparació­n con sus competidor­es globales, pero la industria en conjunto solamente asignó 1.3 por ciento de su gasto de capital total de 2018 a ese tipo de empresas.

CDP dijo que solo Eni, Equinor, OMV, Petrobras, Repsol y Total dan una clara señal de la investigac­ión y desarrollo que se asigna a tecnología­s específica­s de bajas emisiones de carbono.

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NELLY SALAS Shell ha dicho que se prepara para un futuro más verde.

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