Miguel Barbosa
Grupo MILENIO: la credibilidad en cada nota, en cada tuit
La libertad de expresión es uno de los valores fundamentales de la humanidad. En México, desde su fundación como país independiente, la lucha por este derecho ha sido una de las más importantes y significativas de nuestro desarrollo político. En la cuarta transformación, la libertad de expresión será una realidad. La libre expresión de las ideas será respetada, no solo por los avances tecnológicos, sino porque el nuevo gobierno está firmemente convencido de que así debe ser por el bien de la República.
Para los jóvenes que el 1 de julio participaron por primera ocasión en un proceso electoral, hablar de los tiempos de la censura o del control de los medios de comunicación por parte del gobierno suena a un pasado lejano. Por eso conviene recordar que las libertades que ahora ejercemos son el resultado de muchas luchas, en ocasiones colectivas, en otras individuales, pero juntas suman una consciencia colectiva que nos enriquece como nación y como sociedad.
Antes, la libertad de expresión era amenazada por el autoritarismo gubernamental; ahora, por el crimen organizado. El ejemplo más brutal de represión a la disidencia política, no por ser el único, pero sí el que ejemplificó esta lucha, fue el asesinato y tortura de Belisario Domínguez por los sicarios de Victoriano Huerta. Después del triunfo de la Revolución, se tuvo paz y el país se desarrolló, pero el pacto revolucionario necesitaba de una prensa que apoyara al régimen, no que lo criticara y así, con sus notables excepciones, transcurrió buena parte del Siglo XX.
El movimiento de 1968 enfrentó muchos obstáculos. Uno de ellos, la censura de los medios de comunicación, en aquel tiempo todos oficiales, de lo que ocurrió en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, la tarde del 2 de octubre. En ese momento la sociedad buscó nuevas formas de comunicación alternas. La calle y las plazas públicas se convirtieron en los medios para expresar el descontento y la crítica. En 1988, en las polémicas elecciones, la sociedad civil despertó y una de sus demandas principales fue una prensa independiente del poder, que ejerciera el periodismo de manera libre.
La lista de periodistas desaparecidos o asesinados en años recientes es inmensa y preocupante. Diarios que han cerrado por los riesgos que enfrentan al ejercer el periodismo. Cuando una rotativa se detiene o un portal informativo cierra, perdemos todos. Garantizar el ejercicio libre del periodismo es uno de los mayores retos del nuevo gobierno.
En este contexto de transformación de los medios tradicionales y de la llegada de una nueva era, aparece MILENIO, para después evolucionar hacia la radio, la televisión e internet. Hoy Grupo MILENIO es uno de los pilares de la libertad de expresión de nuestro país, del cual me siento orgullo de pertenecer. Ahora, en un contexto donde todo es en línea, hay competencia real por las audiencias de todas las edades y perfiles. Es un momento en el cual los medios de comunicación pueden jugar un papel fundamental. El prestigio y la credibilidad se juegan en cada nota, en cada tuit, en cada reportaje.
Garantizar el ejercicio libre del periodismo es uno de los mayores retos del nuevo gobierno